Culturalmente hablar de hacer testamento sigue siendo un tema que algunas personas prefieren aplazar, como si planificar el futuro fuera adelantarse a algo incómodo. Sin embargo, cada vez más ciudadanos en España están descubriendo que ordenar la herencia no solo aporta tranquilidad, sino que también abre la puerta a un gesto transformador: el legado solidario. Una fórmula que permite incluir a entidades sociales, como Cruz Roja, entre los beneficiarios del testamento, prolongando nuestro compromiso con el bienestar social cuando ya no estemos.
Esta opción ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, observándose un cambio en el perfil del testador: si antes predominaban las personas mayores de 65 años, hoy se observa un incremento significativo entre ciudadanos de 40 a 50 años, reflejo de una sociedad más comprometida con el bienestar social y más consciente del poder de sus decisiones patrimoniales.
Un acto sencillo con gran impacto social
Hacer un legado solidario no exige grandes fortunas ni procesos complicados. La legislación española permite que cualquier persona mayor de 14 años y en pleno uso de sus facultades pueda hacer testamento. Para quienes tienen hijos, la ley reserva dos tercios de la herencia a los descendientes —la legítima estricta y la mejora— pero deja libre un tercio de libre disposición, el cual puede destinarse íntegramente a causas sociales. En ausencia de descendientes, la libertad de decisión es aún mayor.
Además, el testamento no es un documento rígido. Todo lo contrario: es revocable en cualquier momento, lo que significa que puede modificarse cuantas veces se desee, adaptándose a cambios vitales, nuevos proyectos familiares o decisiones solidarias posteriores.
¿Qué se puede legar? Mucho más que dinero
Una de las ventajas del legado solidario es su flexibilidad. No se limita al dinero: se pueden incluir todo tipo de bienes patrimoniales e incluso productos de inversión. Esto permite que personas que no disponen de liquidez puedan destinar parte de su patrimonio a programas humanitarios y sociales de Cruz Roja, como atención a personas mayores en soledad no deseada, programas de éxito escolar para menores, apoyo a víctimas de violencia de género, ayuda a familias vulnerables o respuesta ante emergencias.
Además, la parte destinada a entidades sin ánimo de lucro no está sujeta a impuestos, por lo que el 100 % del valor legado se destina directamente a la causa elegida.
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Dónde y cómo hacer un testamento
La forma más segura y habitual de otorgarlo es mediante un testamento abierto notarial. Basta con acudir a cualquier notaría con el DNI y expresar la voluntad de incluir a la entidad elegida como legataria de parte de la herencia. Suele tener un coste en torno a los 50€, siendo el proceso rápido, sencillo y con plenas garantías jurídicas.
Otro aspecto clave es la confidencialidad: mientras la persona testadora siga viva, el contenido del testamento es totalmente privado. Los herederos no tienen acceso a su contenido hasta el fallecimiento.
Si una persona fallece sin testamento, la ley establece un orden de sucesión que no permite incluir a organizaciones como Cruz Roja como hereditarias. Esto significa que, sin una disposición expresa, ninguna entidad social podrá recibir bienes o derechos del patrimonio del difunto.
Cruz Roja te acompaña durante todo el proceso sin coste alguno.
Para quienes se plantean hacer un testamento solidario, Cruz Roja ofrece un servicio de asesoría gratuito, discreto y profesional. Sus especialistas resuelven dudas sobre aspectos legales, fiscales y notariales, y acompañan en todo el proceso administrativo necesario para dejar constancia de la voluntad solidaria.
Teresa y su compromiso de por vida con las mujeres
Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, una de cada dos mujeres en España ha sufrido algún tipo de violencia de género o acoso a lo largo de su vida. Solo en 2023, más de 20.000 mujeres fueron asesinadas, agredidas, acosadas o amenazadas por sus parejas o exparejas en el país. Entre ellas se encuentra Teresa, una mujer de 59 años que, durante cuatro años eternos, sufrió el maltrato de su marido. “Lo que viví me marcó para siempre. Pero de aquello salí con una idea muy clara: haré todo lo que esté en mi mano para que ninguna mujer se sienta sola y discriminada. Haré lo posible para evitar que viva lo que yo viví”. confiesa.
Después de aquello, una de las decisiones que tomó Teresa fue destinar parte de su herencia a programas contra la violencia de género, incluyendo a Cruz Roja como beneficiaria de su testamento solidario.
La labor de esta organización en este ámbito tiene un amplio alcance. Cruz Roja acompaña cada año a más de 20.000 mujeres en situación de violencia de género, ofreciéndoles apoyo psicológico, orientación jurídica, formación e inserción laboral. Todo ello es posible gracias a la Red de más de 3.000 voluntarios especializados que trabajan en programas de igualdad y protección. “Cuando superé todo aquello fui consciente de todo el esfuerzo que hizo y hace cada día Cruz Roja. Recursos que necesitan de todo nuestro apoyo, y no lo dudé. Decidí entonces contribuir con donaciones a programas que ayudaran a mujeres como yo a salir de aquel infierno. Pero pensé ¿y qué pasará con mi ayuda cuando yo ya no esté. Entonces hablé con Cruz Roja y me contaron la opción del testamento solidario”.
La decisión de Teresa de hacer legado solidario a favor de Cruz Roja no solo le sirvió para transformar su dolor en fuerza y esperanza para otras mujeres. También, para tener el convencimiento de que su compromiso con ellas será para siempre.
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