Descubre la intensidad de La casa de Bernarda Alba con Martes Teatro

Descubre la intensidad de La casa de Bernarda Alba con Martes Teatro

La compañía Martes Teatro ofrece una versión de La casa de Bernarda Alba que se aleja de los convencionalismos para sumergirse en un enfoque profundamente naturalista. Bajo la dirección de Óscar Olmeda, este montaje logra transmitir toda la crudeza del texto de Federico García Lorca sin caer en exageraciones o estereotipos. En esta adaptación, los personajes cobran una dimensión más humana, con emociones intensas y conflictos internos que se sienten reales y cercanos.

La propuesta de Martes Teatro pone especial énfasis en la autenticidad, evitando interpretaciones que conviertan a las protagonistas en meras representaciones simbólicas. En su lugar, las actrices encarnan a mujeres de carne y hueso, con sus propias contradicciones, miedos y deseos. Gracias a este enfoque, el público se ve inmerso en la tragedia de una familia atrapada por las normas sociales, sintiendo la asfixia y la desesperación que impregnan la obra.

Una trama de opresión y deseo

La historia de La casa de Bernarda Alba comienza con la muerte del segundo esposo de Bernarda, tras lo cual la protagonista impone a sus hijas un luto riguroso de ocho años, aislándolas completamente del mundo exterior. Esta decisión, basada en las estrictas normas de la época, intensifica el sentimiento de represión dentro de la casa, convirtiéndola en una verdadera cárcel para las jóvenes.

Sin embargo, la llegada de Pepe el Romano introduce una nueva dinámica en la familia. Este hombre, aunque solo aparece mencionado en la obra, se convierte en el centro de un triángulo amoroso prohibido. Su compromiso con Angustias, la hija mayor y heredera de una gran fortuna, despierta la envidia y el resentimiento entre las hermanas. Adela, la menor, se deja llevar por su pasión y desafía las reglas impuestas por su madre, desencadenando un conflicto que desemboca en una tragedia ineludible.

La obra es un retrato implacable de la sociedad patriarcal de principios del siglo XX, donde las mujeres están destinadas a la sumisión y el silencio. Pero también es un grito de desesperación ante la imposibilidad de escapar del destino impuesto. Cada personaje representa un aspecto diferente de esta lucha, lo que hace que la obra siga siendo relevante en la actualidad.

Un elenco comprometido

El montaje cuenta con un elenco excepcional, encabezado por Pilar Ávila en el papel de Bernarda Alba. Su interpretación logra transmitir la frialdad, la rigidez y el autoritarismo del personaje, pero también deja entrever la vulnerabilidad que se esconde detrás de su aparente dureza. Su presencia en escena impone respeto y refuerza la sensación de dominio absoluto sobre la casa.

A su lado, Pilar Civera brilla en el papel de Poncia, la criada que, aunque es consciente de las injusticias que se viven en la casa, no tiene más opción que cumplir su papel dentro del orden establecido. Su personaje aporta una visión crítica de la situación, ofreciendo momentos de reflexión que contrastan con la rigidez de Bernarda.

Las hijas de Bernarda, interpretadas por Alexia Lorrio (Adela), Ana Feijoo (Angustias), Patricia García (Magdalena), Ainhoa Tato (Martirio) y Claudia Rivera (Amelia), consiguen dar vida a las distintas facetas de la opresión femenina. Cada una de ellas aporta una personalidad distinta a la historia: la rebeldía de Adela, la resignación de Angustias, la amargura de Martirio… juntas construyen un universo en el que el deseo y la frustración se entrelazan de forma explosiva.

Además, Nieves Córcoles, en su doble papel de María Josefa (madre de Bernarda) y una vecina del pueblo, logra aportar un matiz diferente a la historia. Su interpretación de María Josefa, el único personaje que se atreve a expresar abiertamente su deseo de libertad, añade una capa de profundidad a la obra y refuerza su mensaje central.

Una puesta en escena envolvente

Uno de los aspectos más impactantes de esta versión de La casa de Bernarda Alba es su escenografía inmersiva. Lejos de limitarse a un escenario estático, la compañía ha diseñado un espacio que se extiende hasta el patio de butacas, permitiendo que el público sienta más de cerca la opresión que viven los personajes. Esta elección refuerza la sensación de encierro y contribuye a que los espectadores experimenten en carne propia la atmósfera sofocante de la obra.

La iluminación juega un papel fundamental en la construcción de esta atmósfera, utilizando contrastes de luces y sombras para resaltar la dualidad entre la apariencia y la realidad, entre lo que se muestra y lo que se oculta. Los tonos oscuros y apagados predominan en la puesta en escena, subrayando el peso del luto y la represión.

El vestuario, fiel a la estética tradicional andaluza de principios del siglo XX, refuerza la verosimilitud del montaje. El color negro domina en casi todos los atuendos, simbolizando la rigidez de las normas impuestas por Bernarda. Sin embargo, pequeños detalles en los trajes de las hijas permiten vislumbrar su individualidad y su deseo de romper con las reglas establecidas.

La relevancia de La casa de Bernarda Alba hoy

A pesar de haber sido escrita en 1936, La casa de Bernarda Alba sigue siendo una obra profundamente actual. Su exploración de temas como la opresión de la mujer, la hipocresía social y la lucha entre el deseo y la obligación resuena con la realidad contemporánea. La historia de Bernarda y sus hijas no solo refleja una época pasada, sino que también invita a reflexionar sobre las estructuras de poder y las normas impuestas por la sociedad en la actualidad.

El montaje de Martes Teatro refuerza esta vigencia al apostar por un enfoque que resalta las emociones humanas en su estado más puro. Más allá de ser un drama sobre la España rural de principios del siglo XX, esta adaptación convierte la obra en un espejo de cualquier sociedad donde la represión y la intolerancia siguen presentes.

Con una interpretación apasionada, una puesta en escena envolvente y un respeto absoluto por el legado de Lorca, esta versión de La casa de Bernarda Alba ofrece una experiencia teatral intensa y conmovedora, capaz de llegar tanto a los amantes del teatro clásico como a quienes buscan una historia que hable de la condición humana con crudeza y belleza


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