Hasta el 6 de julio de 2025, la Sala Alcalá 31 de Madrid presenta Fronteras y territorios, la primera exposición institucional en la capital de Sonia Navarro, una artista que ha construido un universo creativo propio a través de la costura, los hilos, las telas y la memoria. Comisariada por María de Corral y Lorena Martínez de Corral, la muestra ofrece un recorrido por más de treinta años de trayectoria, poniendo en valor la coherencia estética, el compromiso político y la profundidad simbólica de una de las voces más singulares del arte contemporáneo español.
Sonia Navarro: la artista que borda lo íntimo y lo político
Sonia Navarro nació en Puerto Lumbreras (Murcia), en 1975. Desde la infancia estuvo en contacto con el mundo de la costura y la confección gracias a sus abuelas, mujeres que le enseñaron a coser y a entender el tejido no solo como material, sino como medio de expresión. Esa herencia afectiva, técnica y simbólica ha sido clave en su obra, donde el hilo no solo une telas, sino también historias, identidades y territorios.
Se formó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, donde adquirió una sólida base plástica y conceptual. Más adelante completó un Máster de Fotografía en el Centro Internacional de Fotografía y Cine EFTI de Madrid, una experiencia que enriqueció su mirada hacia la imagen, el espacio y la instalación.
Desde sus primeros trabajos, Sonia Navarro mostró una especial sensibilidad por los materiales ligados a lo doméstico y lo femenino, integrando patrones, bordados, estructuras textiles y objetos de uso cotidiano en sus creaciones. Lejos de una estética puramente decorativa, su obra busca cuestionar los discursos de poder, la memoria colectiva, la invisibilización del trabajo de las mujeres y las construcciones impuestas de identidad.
Navarro ha desarrollado una práctica multidisciplinar que abarca desde la instalación, la escultura, el dibujo, la fotografía y el vídeo, aunque siempre desde una óptica donde el cuerpo, la textura y el espacio tienen una presencia central. Muchas de sus piezas son resultado de procesos manuales minuciosos, que recuperan técnicas tradicionales como el bordado, el patronaje o la costura a mano, pero las resignifican para hablar de los conflictos actuales: género, territorio, migración, ecología, memoria histórica.
Reconocimiento y proyección internacional
A lo largo de su carrera, Sonia Navarro ha sido reconocida con diversos premios y becas, como la prestigiosa Beca de la Real Academia de España en Roma, el Premio de Artes Visuales del Ministerio de Cultura, el Premio BMW de Pintura (2023) y el Premio Alfonso X de Pintura/Escultura (2024). Su trabajo ha sido objeto de exposiciones individuales en galerías y centros de arte de referencia en España y el extranjero.
Entre las galerías con las que ha trabajado destacan T20 (Murcia), Galería Rafael Ortiz (Sevilla), Galería Vilaseco (A Coruña), Pedro Oliveira (Oporto), Ybakatu (Curitiba, Brasil) y Ani Molnár (Budapest). También ha participado en proyectos internacionales como Manifesta 08, Puntos en común (Guatemala), Estirar las costuras (León), Tirar del hilo (Cartagena), Le Belle Ordinaire (Francia), Tomar la casa (Roma) o Artistas en producción (La Habana).
Sus obras forman parte de las colecciones de instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Colección de Arte Contemporáneo de la Comunidad de Madrid, la Colección DKV, y los fondos de los Ministerios de Cultura, Asuntos Exteriores y Transición Ecológica, entre otros.
Una obra que cruza los límites del arte y la vida
En palabras de la propia artista, «trabajo con lo cotidiano, con lo que me atraviesa y con lo que no puedo dejar de mirar». Esa mirada, que une lo íntimo con lo político, lo poético con lo crítico, ha hecho de Sonia Navarro una de las creadoras más potentes de su generación, cuya obra interpela al espectador desde la emoción, pero también desde la reflexión.
Lejos del efectismo o la grandilocuencia, su trabajo propone una arqueología visual y material, donde cada puntada, cada doblez, cada fragmento de tejido alude a algo más profundo: el rastro de quienes fuimos, los relatos que se intentaron silenciar, las geografías que habitamos y los cuerpos que resistieron.