Por Francisco Limonche Valverde. Relato seleccionado para el jueves, 7 de mayo de 2020, en el I Concurso de Microrrelatos «Hoy Madrid». Foto de Susanne Jutzeler, suju-foto en Pixabay.
La niña se asoma por la ventana y arroja galletas María a los gorriones que dan saltitos. Me encuentro en la esquina este de la Torre Negra de José Antonio y Rebolledo Palma. El edificio negro que se ve al pasar por el kilómetro once de la carretera de Valencia. Espero a mi hijo. Le llevo alimentos para sobrellevar la cuarentena.
Cuando baja mantenemos la distancia de seguridad y nos damos un abrazo con la mirada.
El Ensanche de Vallecas reluce y refleja una extraña luz de primavera desde el brillante verde de sus árboles. Por un instante me palpo la cara para comprobar si llevo o no las gafas puestas; no es así. Las he olvidado en el coche. Debe de ser la transparencia del aire nuevo que asemeja un cristal limpio y traslucido. Nunca había experimentado algo semejante.
—Por favor, señor —reclama la niña de la ventana.
—Dime, cariño —respondo.
—¿Puedes pisar las galletas? —dice.
—¿Pisar las galletas? —repito.
—Sí, es para que se las puedan comer los pajaritos.
Nos reímos. Mi hijo se sabe también gorrión y toma los paquetes de comida que le entrego para ir desmenuzándolos poco a poco.