La celebración del 40º aniversario del festival Madrid en Danza no se limita a mirar atrás con nostalgia, sino que reivindica la danza como un arte vivo que evoluciona con su tiempo. Desde el 8 de mayo al 1 de junio de 2025, la Comunidad de Madrid será escenario de 25 espectáculos provenientes de cinco países: España, Bélgica, Dinamarca, Francia y Canadá. Una selección que aúna tradición, riesgo y diversidad de estilos.
Una edición especial para celebrar cuatro décadas de danza
El festival se articula en torno a una idea clave: el equilibrio entre la memoria y la vanguardia. La dirección artística de Blanca Li ha sabido tejer un programa que pone en diálogo a figuras históricas del festival con creaciones emergentes, dando voz tanto a los nombres consolidados como a nuevas propuestas que irrumpen con fuerza en el panorama contemporáneo. El resultado es una programación que ofrece siete estrenos absolutos, siete estrenos nacionales y nueve estrenos en la Comunidad de Madrid.
Además, aunque buena parte de la programación se desarrollará en salas de la capital como Teatros del Canal, Sala Cuarta Pared, Teatro Pradillo, La Abadía o el Centro Cultural Paco Rabal, el festival apuesta por una dimensión más amplia. Habrá también espectáculos en San Lorenzo de El Escorial, La Cabrera, Getafe y Coslada, acercando la danza contemporánea a públicos de distintos perfiles.
Propuestas internacionales que expanden los límites del lenguaje escénico
La selección internacional de esta edición representa una muestra del diálogo global en la danza contemporánea. Desde Francia, el prestigioso Ballet Preljocaj será el encargado de inaugurar el festival con Requiem(s), una creación que ahonda en el duelo y la espiritualidad con un lenguaje coreográfico profundo y visualmente impactante. Esta apertura marcará el tono de una programación ambiciosa en su contenido.
Otra presencia destacada será la de Marie Chouinard, referente de la danza contemporánea canadiense, que presentará Magnificat, una obra que conecta con la música de Bach desde una perspectiva corporal provocadora, y que ha sido celebrada por su intensidad física y su capacidad para generar imágenes de fuerte carga simbólica.
La coreógrafa Gisèle Vienne, con Crowd, propondrá una experiencia inmersiva donde lo coreográfico se diluye en un paisaje sensorial de luces, música techno y movimiento ralentizado, en una exploración del éxtasis colectivo. La danesa Mette Ingvartsen, por su parte, presentará Delirious Night, una pieza que combina tecnología, deseo y movimientos desbordantes, en un enfoque performativo radicalmente actual.
Desde Bélgica, uno de los países europeos con más proyección en danza, participarán Wim Vandekeybus con Úlltima Vez, una obra que retoma la energía salvaje de sus primeras piezas, y Alexander Vantournhout con every_body, que desafía los límites físicos del cuerpo humano. El belga Jan Martens traerá VOICE NOISE, una pieza que recupera voces silenciadas, especialmente de mujeres, a través de una puesta en escena íntima y comprometida.
El pulso creativo de la escena española
España también ocupa un lugar esencial en esta edición con una variedad de propuestas que atraviesan el flamenco, la danza contemporánea y las hibridaciones escénicas más innovadoras. Entre los nombres más esperados, figura el del bailaor Israel Galván, que estrenará El Dorado, una creación que mantiene su estilo rupturista, incorporando ritmos irregulares y estructuras deconstruidas desde un flamenco sin concesiones.
Leonor Leal, otra figura clave del flamenco contemporáneo, ofrecerá De voz, un cuerpo, una propuesta que transita entre la palabra, el cuerpo y el silencio, en busca de una poética propia dentro del lenguaje flamenco. Por su parte, la creadora Luz Arcas aportará Tierras raras, una obra que fusiona tradición, simbolismo y crítica política en una puesta en escena de gran potencia visual.
La programación también contará con propuestas que se sitúan en la frontera entre música y movimiento, como Eco, de Daniel Ramos junto al músico Víctor Guadiana, que parte de la escucha para generar una coreografía dialogada. Otras obras relevantes son Scroll, de la compañía UNAIUNA, que introduce el patinaje como elemento coreográfico, y Dique, de Nova Galega de Danza, que recupera el legado olvidado de las trabajadoras gallegas del siglo XIX, combinando danza contemporánea con folclore gallego.
También se presentarán propuestas de creadores como La Veronal, Marcos Morau, Poliana Lima, y Kor’sia, consolidando la presencia de compañías españolas con gran proyección internacional.
Un festival que conecta territorios y generaciones
Más allá de las propuestas individuales, el valor de esta edición de Madrid en Danza reside en su capacidad de conectar territorios físicos y emocionales, y de articular un relato común entre generaciones. El público asistente podrá disfrutar de estéticas muy diversas: desde lo clásico reformulado hasta la experimentación más radical, pasando por propuestas que integran tecnología, voz, narrativa y arquitectura escénica.
También se pone el foco en creadores que, desde distintos lenguajes, han sabido canalizar discursos sociales contemporáneos como el feminismo, la ecología, la identidad o la memoria histórica. La danza, en este contexto, no solo se presenta como un arte plástico y visual, sino como un espacio de pensamiento en movimiento, donde el cuerpo se convierte en lugar político y poético.
Esta edición también tiene un valor simbólico: cumplir cuarenta años significa no solo celebrar la trayectoria de uno de los festivales más longevos de la escena cultural madrileña, sino también reflexionar sobre lo que significa hacer y ver danza hoy. Y es precisamente esa mirada crítica, expansiva y generosa la que define este aniversario.