Hoy tengo el placer de conversar con Arturo el Grande, un artista polifacético que ha dedicado más de tres décadas a la magia, la comedia y la presentación. Conocido por su estilo único y su capacidad para conectar con el público, Arturo se prepara para estrenar su nuevo espectáculo en Madrid el próximo 30 de noviembre. Este show promete ser una propuesta innovadora en la escena madrileña, incorporando creaciones propias, incluyendo una pieza galardonada en el Festival Mágico de Almussafes el pasado abril.
Arturo, con más de 30 años de trayectoria, ¿qué te motivó a iniciarte en el mundo de la magia y la comedia?
Bueno, la curiosidad…. Me crié entre cuatro hermanos mayores que yo. Cuando nací el más pequeño de ellos era ya adolescente… así que eso sumado a mi carácter curioso, creo que me hizo desarrollar esa interés por la magia y a la vez a ser el centro de atención. Al final para mis hermanos era un «juguetito» (en el mejor de los sentidos) Ya desde muy pequeño me gustaba buscar cualquier ocasión para contar chistes a los mayores, en lugar de jugar con los de mi edad.
Tu nuevo espectáculo en Madrid se anuncia como una propuesta diferente. ¿Qué elementos lo distinguen de otros shows en la capital?
Por aclararlo y que ningún compañero se moleste, quede claro que no he descubierto la pólvora. Pero, por resumir, vivimos una época en la que hay multitud de escuelas de magia, de las que salen multitud de magos. Esos magos en su mayoría, que no todos, para iniciarse empiezan copiando cosas de otros magos que ven que funcionan ante el público y, al final, acabamos haciendo todos un poco lo mismo. Llevo más de un año investigando, buscando y experimentando para crear un espectáculo donde los elementos a usar, las magias, sean bastante diferentes a lo que hace la mayoría. No obstante he conservado dos clásicos del ilusionismo, porque creo que las rutinas que he creado para ellos siguen marcando un poco la diferencia. Algo que no se puede aprender en una escuela es la experiencia y hablo también de lo vivido que va a estar presente en este nuevo show. Pretendo ilusionarles con los efectos mágicos y llevarles un poco por una montaña de emociones donde van a conocer las presentaciones divertidas, curiosas y algunas reales de mis efectos, como que también una parte muy personal mía. ¡Qué locura! ¿no?
Mencionas que una de tus invenciones fue premiada en el Festival Mágico de Almussafes. ¿Podrías contarnos más sobre este reconocimiento y cómo influyó en la creación de tu nuevo espectáculo?
La idea de este efecto está sacada de un libro de un mago francés de principios del siglo XX. La base sale de ahí pero poco tiene que ver con el resultado final. Es decir, me sirvió de inspiración para crear mi idea. Y a mis 50 años me he puesto a concursar…. jejeje Hasta ahora me había dado cierto respeto. Imagínate un teatro lleno de magos, con un jurado de 5 o 6 personas, todos magos…. Es como enseñar a un padre a hacer hijos… Pero bueno, era una espinita clavada, así que al final me animé y en Almussafes me lleve el tercer premio. El primero se lo dieron a unos buenos amigos, el segundo a un mago de Sevilla… y orgulloso de ello también al ver que los tres premios distaban solo de unas décimas unos de otros. En realidad lo creé para este nuevo show… lo de concursar surgió después, animado por compañeros magos cuando conocieron el efecto.
¿Cómo ha evolucionado tu estilo artístico a lo largo de los años y qué influencias han marcado tu carrera?
Pues empecé con la magia allá por el 1988, con los fascículos de Juan Tamariz, aunque entonces tenía un trabajo de los de 8 horas. Paralelamente hacía cualquier cosa relacionada con divertir a los demás. Fui payaso, locutor de radio, discjockey…. Todo eso me ha dado experiencia, las «tablas». Piensa que aunque con la magia empezara a jugar en 1988, la primera vez que pisé un escenario fue con 9 años, en 1983. Después de toooodo eso, que me ha enseñado y he aprendido, decidí que mi camino era estar en un escenario. Entré a trabajar como actor en Port Aventura y en un grupo de espectáculos en hostelería. Luego, empecé a acompañarme de la magia y el humor como herramientas para entretener a una audiencia. Mis influencias han sido muchas… Las mágicas, te diría que varias. Cuando empecé Juan Tamariz, luego más mayor, cuando empecé a dedicarme solo a la magia tuve un buen maestro y mejor amigo que por desgracia hace 6 años nos dejó: Morrison el Magnifico, quien encarnó durante años a Maverick el Tahúr en Port Aventura.
La combinación de magia y comedia es una característica distintiva en tus presentaciones. ¿Cómo logras equilibrar ambos elementos para mantener al público cautivado?
¡Ufff, qué difícil explicar eso! Te diré que en este nuevo show quiero añadir otra emoción más. Hasta ahora he jugado siempre con la sorpresa que te la da la magia, y la risa que te la da el humor… En este show pretendo también emocionarles contándoles alguna historia un poco más íntima. Pero si eso valdrá o no… pues, respondiendo a tu pregunta, al final es el mismo público quien te dice si vale o no…. lo notas en el momento, ves la reacción… y me gusta mucho salir a saludar al final del show y que me comenten. Cuando te dicen: «¡Cómo me he reído y qué bueno el juego de las cartas!, o «¡qué bueno el juego del dominó!» vamos bien. Es mi vara de medir, escuchar al público. Al final trabajo para ellos.
En tu trayectoria, ¿hay algún momento o anécdota que consideres especialmente memorable o que haya marcado un punto de inflexión en tu carrera?
Hay muchas… pero hubo una que me llegó y me hizo llorar… Hace ya unos años y me emociono aún cuando la recuerdo. Fue trabajando en una compañía de cruceros. He estado por los mares de medio mundo durante casi 10 años en total. Después de mi show en el teatro del barco para 1800 personas, se me acercó un matrimonio con su hijo de unos 10 años. El papá me dijo que querían darme las gracias porque habían vuelto a ver reír a su hijo después de casi cuatro años (y mira que mis shows no van dirigidos especialmente a público infantil). Hacía eso, casi cuatro años que sufrieron un accidente de tráfico, y este niño tenía un hermano gemelo, quien no sobrevivió. Desde entonces el niño había estado con depresiones y de psicólogos para superar aquel trance… y que te digan eso, pues es muy fuerte. Cuando miré al niño, éste se me abrazó con una sonrisa… y ahí rompí a llorar como un bebé…
El proceso creativo es fundamental en la magia. ¿Cómo desarrollas nuevas rutinas y qué te inspira a innovar en tus espectáculos?
Básicamente tengo dos sistemas. Como he dicho antes, soy muy curioso y me encanta ver tutoriales de todo, desde construcción y fontanería hasta cocina. Jamás he hecho cemento y pocas veces voy más allá de freír un par de huevos, pero de todo se aprende… ver una idea o una manera de hacer las cosas te puede dar luz a otra aunque sea totalmente diferente. A veces una de esas ideas pueden tener una lógica imposible, y ahí puede estar la magia. No sé si me explico… mi cabeza es un poco enrevesada, quizá… jajaja. Otra es conocer un gag (un chiste) adaptarlo y crear un juego de magia para poder incluir o usar ese gag. Otra forma de inspirarme es viendo otros juegos de magia, o leyendo sobre efectos y llevarlos a otro punto.
La interacción con el público es clave en tus shows. ¿Cómo manejas la improvisación y qué papel juega la participación del espectador en tus presentaciones?
Esta es la parte de la magia que más me gusta, la psicológica. De hecho tengo escrita una conferencia sobre este tema que ya he impartido en España, Argentina y Uruguay. Habla sobre el trato al espectador. Los magos, mayoritariamente, rompemos siempre la cuarta pared del teatro y, ese, es el primer punto a tener en cuenta. Me valgo de cercanía, humildad y cierta empatía. Un poco para mostrarles que soy un mortal más. Eso creo que es lo que a la gente le gusta, que me vean cercano. En todos mis espectáculos invito a subir al escenario a varios espectadores y ahí utilizo varias técnicas y maneras para que en ese momento entiendan que, aunque se les gaste una broma, no nos estamos riendo de él si no con él. Al final la experiencia te hace depurar todo eso y ya es algo que hago sin pensar. Por la parte de la improvisación, yo utilizo muchos recursos, es decir, tengo mil chistes o frases que pueden usarse para diferentes ocasiones. Algunas otras veces, de alguna situación espontánea salen también momentos muy divertidos y totalmente improvisados. Es decir, aunque tengo una pauta a seguir, algunas cosas sí son improvisadas y salen espontáneas y otras son recursos.
Has trabajado en diversos formatos y escenarios. ¿Qué diferencias encuentras entre actuar en eventos corporativos, bodas y teatros, y cómo adaptas tu actuación a cada contexto?
Cada situación es diferente. Lógicamente, el humor que usas para un evento corporativo, una boda o un teatro no es el mismo. Tienes que aprender a adaptarte dependiendo de la audiencia que tengas enfrente. Igual con los efectos de magia. Para empresas incluso tengo efectos que puedo personalizar. Una boda o una celebración familiar acostumbra a ser un ambiente más informal al contrario que en un evento corporativo.
La magia ha evolucionado con la tecnología y las nuevas tendencias. ¿Cómo integras estos avances en tus espectáculos sin perder la esencia tradicional del ilusionismo?
Siempre he intentado huir de los «aparatitos» de magia. Busco siempre que los elementos a usar sean cotidianos (o al menos que lo parezcan). Hay alguna excepción en la que tienes que usar ese «aparatito» mágico. Entonces, le busco una historia para darle justificación. Con la tecnología me pasa lo mismo. Hubo un mago que desarrolló una aplicación para poder hacer verdaderos milagros con tu teléfono móvil pero, como te decía antes, ahora mismo en Madrid, casi todos los magos hacen esos efectos. Si en algún momento me viera con la necesidad o el deseo de usar algo de tecnología, desde luego, intentaría camuflarlo a toda costa. Una de las esencias de la magia es la sencillez. Cuanto más sencillo es el elemento y el proceso, más impactante es el efecto mágico.
Para quienes aspiran a una carrera en la magia y la comedia, ¿qué consejos les darías basados en tu amplia experiencia?
Leer, lo primero y principal, leer. Hoy en día tenemos un montón de información en internet para aprender magia que no está mal pero, desde luego, si quieres dedicarte a esto en serio no es la mejor vía. Lo que encuentras en internet está bien como punto de partida pero hay cosas que en internet no las vas a encontrar. Una vez tenga una buena base con unos conocimientos mínimos de magia, le aconsejaría que actuara mucho en todo lo que pueda. Hay un montón de asociaciones de magos que acostumbran a hacer actuaciones benéficas prácticamente cada semana. Van a actuar a hospitales, residencias de la tercera edad, cárceles, etc. Y esta puede ser una muy buena escuela para iniciarte y aprender mucho. Se necesita de experiencia de varios años para poder llegar a montar tu número unipersonal y actuar en ese tipo de eventos te puede ayudar mucho. Cuando empiecen a actuar por su cuenta, sobre todo que escuchen al público, que se fijen en las reacciones y si tienen un buen amigo que les diga la verdad verdadera, mucho mejor. He visto auténticos desastres que, cuando acaban su actuación, el público por educación o empatía les dicen que todo muy bien y nadie es perfecto. Por eso es ideal tener un buen amigo que te diga lo que piensa de verdad sobre tu show. Eso le ayudará mucho.
¿Qué expectativas tienes para el estreno de tu nuevo espectáculo en Madrid y cómo esperas que el público reciba esta propuesta innovadora?
Cada vez que un artista hace algo nuevo, la esperanza es que al público le guste. Este espectáculo, aunque intento destacar en algunos aspectos, sigue teniendo la esencia de Arturo el Grande. Es un personaje que gusta y que «me da de comer» desde hace casi veinte años, por lo que tengo la tranquilidad de que eso funciona y la apuesta que he realizado por estos efectos diferentes diría que es lo bastante buena como para que no deje indiferente a quien venga a verla. Como he comentado al principio, hay dos clásicos de la magia que voy a mantener en este nuevo show. Uno de ellos, el escapismo, era el número que utilizaba en los espectáculos de cruceros como cierre. Este número siempre ha sido muy valorado tanto por el público general como por muchos de mis colegas magos, no por la ejecución (que siempre es la misma) si no por la presentación y rutina que le he creado. Además te adelanto que el final del show tiene una sorpresa que nadie espera.
Mirando hacia el futuro, ¿qué proyectos o metas tienes en mente para continuar sorprendiendo y entreteniendo a tu audiencia?
Otro de los números que van en este show creo que también es carne de concurso. Así que estoy planteándome volver a concursar el año que viene con esta otra novedad. Paralelamente sigo buscando, estudiando y leyendo, por lo que seguro que aparecen ideas nuevas para el futuro que quizá conformen otro nuevo espectáculo. Pero en el futuro más cercano espero que este nuevo show se mantenga en los teatros durante algún tiempo.
La pandemia ha afectado al mundo del espectáculo. ¿Cómo has afrontado estos desafíos y qué aprendizajes has obtenido durante este período?
A mí la pandemia, como a millones de personas en el mundo me derrumbó en lo personal y, por supuesto, en lo profesional. En el 2020 hice la primera actuación en el mes de julio. Fueron meses muy duros. Soy un animal de escenarios y necesito subirme a las tablas a menudo. Cuando paso más de dos semanas sin actuar me siento mal. En la pandemia di algunas conferencias online para España e Italia e hice algunos espectáculos benéficos. Aunque a través de la pantalla no es lo mismo apaciguó un poco la ansiedad por actuar.
Finalmente, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a quienes te han seguido a lo largo de tu carrera y a aquellos que están por descubrir tu trabajo?
A los que ya me conocen, que Arturo el Grande sigue aquí al pie del cañón con cosas nuevas y muy interesantes. Y a los que aún no me conocen que espero que coincidamos pronto, que puedan venir a disfrutar del espectáculo, que si les gusta la magia y reír, estoy seguro de que les va a gusta mi propuesta.