Soledad Sevilla: ritmos, tramas y variables en el Museo Reina Sofía

Soledad Sevilla: ritmos, tramas y variables en el Museo Reina Sofía

El Museo Reina Sofía de Madrid presenta una amplia retrospectiva dedicada a la artista valenciana Soledad Sevilla, una de las figuras más destacadas de la abstracción geométrica en España. La exposición, que estará disponible hasta el 10 de marzo de 2025, reúne alrededor de un centenar de obras que abarcan desde sus primeros trabajos en la década de los sesenta hasta sus producciones más recientes, algunas creadas específicamente para esta muestra.

La esencia de la abstracción geométrica

Desde sus inicios, Soledad Sevilla ha estado vinculada a un grupo de artistas españoles que exploraron los límites de la abstracción geométrica, donde la línea, el color y las formas modulares se convierten en el eje central de su lenguaje visual. A lo largo de su carrera, Sevilla ha desarrollado un estilo que apuesta por la pureza formal y la minuciosa construcción de patrones geométricos, manteniendo siempre una estrecha relación con la luz y el espacio.

Su afirmación de que «ha pintado el mismo cuadro toda su vida» se convierte en el hilo conductor de esta exposición. Las obras más antiguas, realizadas durante su participación en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, dialogan con sus trabajos más recientes, como la serie Horizontes blancos o el homenaje a Eusebio Sempere, uno de sus principales referentes artísticos.

La luz como protagonista

Uno de los aspectos más destacados en la obra de Sevilla es el papel central de la luz. No solo actúa como un elemento que define el espacio, sino que transforma las texturas y genera emociones. En los años ochenta, su investigación la llevó a reinterpretar dos iconos de la cultura española: Las Meninas de Velázquez y los motivos arquitectónicos de la Alhambra. A través de tramas y modulaciones de luz, Sevilla crea atmósferas envolventes que invitan a la contemplación profunda.

Una pieza emblemática de esta etapa es Legado que haces leves a los montes (1986), donde la artista plasma su fascinación por la arquitectura islámica a través de patrones geométricos que evocan las intrincadas decoraciones de la Alhambra. Las líneas se repiten con una precisión casi hipnótica, generando un efecto visual de profundidad y movimiento.

Instalaciones inmersivas: experiencia y emoción

Más allá de la pintura, Soledad Sevilla ha desarrollado instalaciones que exploran la relación entre el espectador y el espacio. Estas obras invitan a recorrer físicamente los patrones y tramas que suelen estar restringidos al lienzo. Las instalaciones inmersivas proponen una experiencia sensorial en la que el visitante se convierte en parte de la obra, transitando por estructuras que juegan con la luz y las sombras.

Estas intervenciones permiten entender la obra de Sevilla no solo como un ejercicio estético, sino como una reflexión sobre el entorno y la percepción del espacio, generando una interacción directa entre el público y las formas geométricas que parecen vibrar en el aire.

Una trayectoria marcada por la coherencia

A pesar de los cambios en los materiales y las técnicas que ha utilizado a lo largo de su carrera, la obra de Soledad Sevilla se mantiene coherente en su búsqueda por explorar las posibilidades infinitas de la geometría y la luz. Cada trazo, cada color y cada estructura responden a una lógica interna que convierte sus obras en experiencias casi meditativas.

La exposición en el Museo Reina Sofía permite adentrarse en el universo particular de esta artista, donde la rigidez de las formas geométricas convive con la suavidad de los matices cromáticos. Es una oportunidad única para comprender la evolución de una figura clave en el panorama artístico español contemporáneo.

¿Por qué visitar esta exposición?

Acudir a esta muestra no solo ofrece la posibilidad de conocer de cerca la evolución de una de las artistas más relevantes de la abstracción geométrica, sino también de experimentar una relación distinta con el arte. La obra de Soledad Sevilla invita a la introspección y al diálogo silencioso entre el espectador, la luz y el espacio. Además, el montaje de la exposición en el Edificio Nouvel del Museo Reina Sofía potencia la inmersión en las estructuras geométricas, permitiendo apreciar la complejidad de cada obra desde diferentes perspectivas.

Para quienes buscan una experiencia estética que desafíe los sentidos, esta exposición es una cita imprescindible en el circuito cultural de Madrid.


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