Relato enviado por Patricia Andrés Sánchez para la convocatoria «Historias de la nueva normalidad».
Hola Patricia, mañana es la inauguración de 3R EN CONFINAMIENTO. Te mando la invitación pero no podremos ir a tomar nada después por la Covid. El sábado veo a mi madre y quiero permanecer lo más aislada posible. Eres very welcome. Fdo: ArtesAna Martínez. LUGAR: Sala Polivalente. Centro Cultural Conde Duque. 19h. |
Le he dedicado tiempo a este escrito porque me hace recordar el confinamiento de otra manera. La exposición se hace oportuna para, a su luz, poder plantearnos una renovada interpretación de la realidad que estamos viviendo, que se nos muestra con toda su extrañeza y vitalidad. Y además le da al Reciclaje la atención que se merece. Necesitamos Reducir desechos y sabemos el porqué. Hagámoslo.
Crear reciclando es darle un poco la vuelta al orden de las cosas. Parece mentira que latas de conserva, tapones de corcho, viejos extintores, aisladores eléctricos puedan tener su segunda oportunidad. Fueron objetos encontrados, regalos que el azar otorgó a quién supo dirigir su mirada creativa y con un buen hacer se consiguieron trabajos hermosos, afortunados y muy representativos.
Al entrar en la sala las primeras cartelas que se leen son «Laberinto» y «Desguaces», como una premonición de lo que vamos a encontrarnos: una exposición que nos invita a un apacible paseo, serpenteando entre columnas, paneles temporales, paredes de ladrillo visto con sus arcos y ventanales, que le dan un aire de terma romana, para ver piezas hechas con distintos materiales que ya han sido utilizados y se les da un nuevo uso. Los ingeniosos autores dedicaron su tiempo de confinamiento a crear. Y ahora nos los muestran.
Lo primero que voy destacar, porque ayuda a ir recorriendo la exposición, es un tapiz confeccionado con 61 bolsillos de diferentes modelos de jeans, Reusados. Cada bolsillo contiene una foto de los trabajos que se exponen, a modo de catálogo, y así somos invitados a imaginar 61 relatos personales diferentes. No voy a poder, por problemas de espacio, detenerme en cada uno de ellos, pero sí aprovecho para dar mi enhorabuena a todos los autores.
Voy a centrarme en los trabajos y en las cartelas que hacen referencia muy explícita a la pandemia y todo lo que nos ha traído. Como una escultura que es un zapatito con un tacón de cristal que sencillamente nos presenta el frágil equilibrio de la vida de ciudad en tiempos de cuarentena. También nos podemos encontrar a varias muñecas Barbie articuladas, Reutilizadas, en diferentes asanas básicas, la cobra, el gato, la vaca, que muchos hemos practicado en esos días confinados. Seguimos caminando entre las obras expuestas. Lo sorprendente es que las encuentras de estética antagónica que el azar, o el comisario, enfrenta sin daño para ninguna de ellas.
Párrafo aparte se merece lo que vemos al final del recorrido: un arcángel sanitario; las alas, tamaño arcángel, están realizadas con mascarillas higiénicas, las azules. Si buscamos material que nos ayuda a protegernos del virus, encontramos esta cartela: «Y la Humanidad se unió para luchar contra el coronavirus y Reciclar el plástico». El cuadro al que alude son guantes sanitarios, los azules, que se buscan, entrelazan, formando un mar muy especial.
Sonreímos cuando vemos los zapatos de Loles, de tacón dorado y mucho brilli, que nos quiere transmitir una historia de mujeres al borde de un ataque de confinamiento de nervios o mejor decir confinamiento de nervios al borde de atacar a mujeres (este juego de palabras lo voy a dejar para otro microrrelato).
Otro artista se autodenomina pandémico comensal de sus propias horas. La pandemia le quitó el mes de abril y lo representa con un servicio de mesa: un plato hondo repleto de esferas de relojes de pulsera sueltas y cubiertos, cuyos mangos son las correas de los relojes.
Destaca el montaje de 20 teléfonos móviles apilados, resquebrajados porque han sido apretados con un gato de carpintería, sugiriendo que durante un rato apartemos el móvil de nuestro lado para tener algo de vida más tranquila. Siguiendo con las metáforas, tenemos a Las Tres Parcas, Nona, Décima y Morta, botellas de plástico blancas que, con remaches en los sitios acertados, ha conseguido la autora crear figuras femeninas que hilan la vida, con susurros para que no olvidemos a los que se han ido.
En esta exposición podemos encontrarnos con un equilibrio más o menos inventado de la realidad interior que han vivido los artistas que exponen, la voluntad de plasmar su realidad o la realidad soñada, marcando una forma no ya de entender el confinamiento sino su propia posición frente a él.
Para ir terminando voy comentar alguna cartela que contiene auténtica poesía como el artista que «No sintió desmoronamiento, pero sí ensoñaciones de confinamiento». Y la última «Parfois, une bataille décide de tout et parfois la chose la plus insignifiante décide d’une bataille (A veces una batalla lo decide todo y a veces la cosa más insignificante decide una batalla)», que me parece un buen final para mi escrito puesto que estas palabras se las atribuyen a Napoleón, en otro contexto, y me las encuentro en un edificio, Centro Cultural Conde Duque, que tuvo un origen militar, siglo XVIII, y para llegar a lo que conocemos actualmente han sabido Reutilizarlo con mucho acierto.
NOTA: He intentado ser lo más fiel posible a la exposición, pero para que me cuadrara el texto, para hacerlo más atractivo, tuve que cambiar algunas cosas. Espero que los artistas 3R aludidos lo entiendan.