Novalis

Termino el mes de marzo con cuatro fechas que he encauzado, han convergido en la fotografía de Andreas Gursky.

  • 21 de marzo 2022, Día Mundial de la Poesía.
  • 22 de marzo 2022, Día Mundial del Agua.
  • 23 de marzo 2022, Día Mundial de la Meteorología.
  • 26 de marzo, Día Mundial del Clima.

El fotógrafo y el poeta

Andreas Gursky es una figura clave en el arte de hoy y muchas de sus creaciones forman parte desde hace tiempo del repertorio más conocido de la fotografía contemporánea, en donde está ejerciendo una enorme influencia. Esta fotografía que hoy presento es, hasta ahora, la que ha alcanzado el valor más alto en una casa de subastas. En el listado de ventas de dicha casa, hay dos fotografías más del mismo autor -aporto este dato porque fue como conocí su trabajo; lo hicieron público para a continuación formar parte de una colección particular-.

Rhein II es una fotografía especial porque en su momento fue una isla personalísima en el mar de un arte de consumo. Con ella privilegió una técnica como la del fotograma para crear una imagen a partir de elementos de la naturaleza. Ya en el estudio, con una manipulación digital que parece competir con la pintura por captar nuestra atención, consiguió el resultado final. En otros trabajos suyos, por contraste, busca aglomeraciones de personas, de edificios, de mercancías de supermercado.

Andreas Gursky y Novalis (poeta del romanticismo alemán), paisanos, pueden recordarnos como la mejor poesía coincide con la mejor fotografía, en sus sensaciones, su sentido y su visión. Se puede decir que Gursky tenía mucho más en común con los poetas -y mucho más que aprender de ellos- que con los fotógrafos, por la emoción y acierto en su interpretación. Y, en este caso supo, con visión de poeta, anticipar y prefigurar verbalmente aquello que más tarde abordaría. Él asimila a Novalis (su favorito, su descubrimiento, una revelación decisiva) porque el escritor le hace ver que de pronto se advierten las combinaciones que unen todas las cosas, las similitudes, las coincidencias. Ya no se ve nada aisladamente. Las percepciones de sus sentidos se agolpan en variadas y grandes imágenes. Hay complacencia en enlazar cosas dispares…Ora los ríos parecen carreteras, ora el aire que se respira tiene un poder redentor. Saber dónde y cómo, esto y aquello podrían encontrarse; y así, pensando en poesía, teniendo una visión lírica del paisaje, pulsa el botón de la cámara. De momento, con este gesto tiene el control de la naturaleza. Luego añadirá el retoque digital; así, ese instante fugaz, la imagen del mundo percibido, lo traduce a otro lenguaje. De esta manera, con impulso, con el shock del instante mágico trasladado al ordenador, el fotógrafo define el carácter fundamentalmente poético de su obra.

Esta fotografía esclarece un objetivo cívico de Andreas Gursky: valorar el privilegio del lugar que recibimos y nuestras obligaciones con ello, no solo en un lugar concreto sino, por extensión, en el mundo en general. Hagámoslo bien. No deshagamos lo andado.

Qué vemos

Una fotografía de paisaje. Un río calmado con orillas verdosas a ambos márgenes. Tanta tranquilidad crea una atmósfera particular. En principio no se asocia a un sitio que conozcamos; lo sabemos por el título a pie de foto. Se hace tangible la limpieza, la calma con líneas rectas, precisas, que huyen de los límites, a derecha/izquierda, arriba/abajo, impuestos por la superficie del papel fotográfico. Hay economía en los elementos fotografiados pero son grandiosos en su capacidad. Se hacen interminables. Continuarían indefinidamente.

Qué percibimos

Una escena por la que podemos sentir gratitud por un día y un lugar afianzable en este momento de la historia. Llama la atención el enfoque, el desconcierto de tanto orden, la relevancia de lo insignificante. Se presiente una búsqueda y un acercamiento a imágenes puras por solitarias. Soledad que produce una cierta extrañeza por el vacío de actividad humana, animal, pero hasta se agradece. Agua, tierra, aire y vegetación conviven, pero cada uno con su camino. Todos los elementos son independientes. Nunca se cruzan. Puntualizo: presentimos la mano del hombre en este paraje desierto por el cuidado césped de embocadura.

Qué podría estar contando el artista

Lleva a cabo una investigación, a través de un medio como la fotografía, para acercarse de otra manera a la realidad, para interpretarla y profundizar en su significado.

Sabido es que, por encima de otras circunstancias, toda obra de arte es la expresión de los sentimientos más íntimos que en la sensibilidad del artista despierta la contemplación, real o soñada, de un motivo determinado.

Y con estas, A. Gursky dice que cuando una emoción se convierte en poesía, irremediablemente pasa a pertenecer a ese otro mundo, el de la belleza.

Esta imagen es una revelación de las sutiles correspondencias entre los lenguajes visual y verbal. Una muestra de cómo fotografía y poesía se iluminan mutuamente; al indagar sobre la naturaleza, y la dinámica interna de sus fenómenos, le permite tener impactantes metáforas visuales que resultan cautivadoras.

O por otro lado, por estar dotado de una imaginación que aprovecha al máximo las posibilidades materiales del cauce de un río, por ejemplo, el gran protagonista, puede conseguir una vigorosa sensación de encerramientoSi se elimina todo, con esta escenografía creada digitalmente, aparece la intriga, se violenta la escena que puede desembocar en pánico.

Qué dicen los expertos de la obra, del arte como concepto

Nos cuenta el resultado final de lo que está ocurriendo, del hombre y sus acciones. Puede parecer una fotografía simple pero hay una búsqueda de equilibrio en medio de la relación cada vez más trágica del hombre con el mundo natural.

Coinciden en que es una metáfora de la vulnerabilidad, fragilidad e inestabilidad, influyendo sobre la configuración de la narrativa que se articula en torno al paisaje y a su interactuación con el mismo. Nos plantea si hay empobrecimiento por ganar espacio y silencio.

Esta fotografía es un instrumento para reflexionar sobre la relación entre lugar e individuo/s. Prevalece una líquida quietud. Imagen sin sujetos para extender un halo de luz e infundir una poderosa ilusión en el espectador. O de desolación, de abandono.

Se construye esta realidad, que al paso que vamos no es nada cuestionable.