Puede que te suenen… y, si no eres seguidor del hip hop, puede que no. Aunque es casi seguro que los has visto, aunque no les recuerdes por el nombre sino por sus actuaciones. El caso es que Brodas Bros lleva más de diez años por todo tipo de escenarios y ahora recala en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía hasta el 26 de febrero.
Surgidos en Barcelona en 2006, tras actuar en gran cantidad de países y también en platós de televisión, tanto como invitados como concursantes en talent shows, Brodas Bros celebra su décimo aniversario con este espectáculo que es un homenaje al propio grupo, pero también al público.
Brodas Bros – 10 años, es un espectáculo muy visual en el que el grupo muestra una recopilación de lo mejor de sus distintos espectáculos a lo largo de este tiempo. Precisamente por eso, por su caracter recopilatorio y de autohomenaje, la función carece de hilo conductor más allá de las presentaciones de los MC (maestro de ceremonias) a lo largo de la sesión. Esto, sin embargo, no desmerece. Lo que nos vamos a encontrar es una exhibición muy completa de street art: hip hop, rap, beatbox, coreografías impactantes que revisan distintos estilos (incluyendo su conocidísimo número con trajes de neón), grafitis, alguna sorpresa… Todo ello completado con la participación del público en diversas formas y artistas invitados.
Desde que entras en la sala, antes de la hora de arranque del show, un DJ se encarga de amenizar la sala para ir caldeando el ambiente. Y, cuando se apagan las luces, empieza el espectáculo con un breve repaso a sus diez años de trayectoria y una invitación a la participación del público para que entre en la dinámica de fiesta que sería el objetivo final.
Hay que destacar el sentido del espectáculo que tienen los integrantes de Brodas Bros. Toda esta exhibición que he comentado se desarrolla de manera muy eficiente gracias al uso de varios recursos. Juegos de luces, que según el momento se acercan más a la dinámica de un gran concierto, proyecciones en vídeo, implicación del público, gags… Y, por supuesto, las coreografías, que son la base de Brodas Bros.
Mención aparte merece la música, omnipresente durante todo el espectáculo. Además del DJ, tenemos un saxofonista (que toca otros intrumentos de vientos) y un baterista (que también toca otros instrumentos de percusión) que aparecen en momentos puntuales. Estas apariciones y desapariciones ayudan a dar dinamismo al show, alcanzando momentos álgidos cuando se complementan con otros músicos a través de proyecciones.
¿Recomiendo el espectáculo? En mi caso particular, que más que mayor soy antiguo, reconozco que no conecté del todo con la dinámica del espectáculo. Pero mi trabajo aquí no es dar mi opinión personal basada en mis propias preferencias (que no es relevante ni en mi casa a la hora de comer), así que me quedo en el reconocimiento a un trabajo bien hecho, con buen ritmo, buenos recursos técnicos y escénicos, muy visual, que consiguió poner en pie al público de una sala abarrotada siguiendo el ritmo.
Los amantes del street art podrán disfrutar, sin duda, con esta exhibición que se representa en Teatro de la Luz Philips Gran Vía hasta el 26 de febrero.