No es lo que parece

No es lo que parece es… lo que parece. Con semejante título, uno se espera encontrar una comedia de enredo y eso es exactamente lo que se encuentra en esta obra con texto de Óscar Vélez dirigida por Israel Martín. Por si quedaban dudas, la trama consiste en dos parejas que descubren que todos han sido (o están siendo) amantes de todos. Que más o menos es lo que me pasa a mí cuando salgo por el ambiente, pero para los heterosexuales quizá sea algo más inverosímil. Y esto no lo digo como crítica negativa, al contrario, es de agradecer que cuando decides ir a ver una obra al final esa obra sea lo que parecía que iba a ser.

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Protagonizada por Celia MedranoEnrique MeléndezAlbano Matos e Ingrid Hernández, se trata de una comedia de enredo a la española, de las de cuernos y infidelidades. Tal vez por eso al público más joven, familiarizado con la fluidez de las identidades y la levedad de las relaciones 2.0, esta obra no le haga tanta gracia como al público que hacía cola para ver las obras de Lina Morgan en La Latina (por cierto, a escasos metros del Teatro de las Aguas donde se representa). No obstante, y aunque mi empeño por sentirme más en la línea del público joven sea algo impostado porque uno tiene la edad que tiene, la obra cumple su función como comedia y me mantuvo entretenido.

A lo largo de la función nos encontramos con giros, recursos ingeniosos utilizando juegos de luces, roturas de la cuarta pared en momentos puntuales, y sobre todo cuatro personajes intentando encontrar solución a la situación en la que mutuamente se han visto descubiertos. Todo esto da como resultado una función entretenida, con sorpresas, y que el espectador se involucre en la historia desconectando de su rutina diaria. Porque sí, desconectas de tu rutina diaria; si resulta que te sientes identificado en esta disparatada historia ya estás tardando en ir a Telecinco para vender tu testimonio.

No es lo que parece tiene ese toque de comedia de los noventa, pero modernizado sin pudor. No en vano, ese «todos han sido amantes de todos» lleva implícito relaciones sentimentales de carácter homosexual. Quizá ese fue el punto que me resultó más interesante en la obra, y el que más momentos divertidos proporciona, ya que los cuatro personajes tendrán que afrontar su propia realidad desde la perspectiva de cada uno e incluso intentan justificarse sin dejar de condenar al resto, que si han pecado de algo es de hacer exactamente lo mismo. A esto ayuda unos personajes bien diseñados que tienen distintos objetivos y particularidades (y distintas formas de afrontar la situación que se plantea). Desde la pareja de hombres que se asumen a distintas velocidades, a la pareja de mujeres en la que eso de asumirse está más afectado por la percepción social y religiosa, aunque luego según avanza la obra… nada sea lo que parece. O sí. Yo qué sé. Que bastante spoiler he hecho ya.

En resumen, No es lo que parece es una obra divertida que seguro hará las delicias de los amantes de la comedia de enredo, y puede verse los jueves en el madrileño Teatro de las Aguas al menos durante un par de semanas más.

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