Corta el cable rojo

No es la primera vez, ni seguro será la última, que visito uno de los espectáculos más maravillosos de toda la oferta teatral de Madrid. Después de 11 inmejorables temporadas, Corta el cable rojo sigue dando guerra en plena Gran Vía con cada una de sus funciones. 

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Pero… ¿Qué es Corta el cable rojo? Entre las paredes del Pequeño Teatro Gran Vía, o el sótano como lo llaman coloquialmente, podemos degustar este show de improvisación con música en directo y proyecciones que acompañan todo lo que suceda en escena, con una velocidad y una agilidad a la altura de los artistas que protagonizan el espectáculo. 

Corta el cable rojo. Foto: Mikel Masa

Una vez cruzamos las puertas del teatro, y empezamos a bajar las escaleras, nos dimos cuenta que aquello ya no era un sitio de trabajo, si no la propia casa de los intérpretes: paredes y suelos empapelados con sus caras, gestos y sonrisas, nos reciben a cada peldaño. Eso sólo nos hace pensar una cosa… no se trata sólo del tiempo que llevan en cartel, sino de todo lo que queda por delante. Sin ir más lejos, Corta el cable rojo ya no forma parte de un espectáculo único, ya que de él están surgiendo nuevos títulos que visitar en Madrid, o incluso un nuevo Cable Rojo en el propio Barcelona… Lo que decíamos… ¡La cosa marcha!

Y… ¿Quiénes son los auténticos culpables del éxito? Tres cómicos a la altura de la Gran Vía de Madrid: a la cabeza, y dirigiendo, un brillante e imparable Carlos Ramos al que no podríamos estar más agradecidos de crear esta fantasía; el gran, y no por su altura, Salomón, chispeante, divertido y muy ingenioso que nos obligaba a no parar de reír; y el último, y no por ello el menos importante, como se suele decir, José Andrés, con una facilidad para crear sobre el escenario, una gracia y una rapidez que provocaba carcajadas sin igual. Tres auténticas máquinas del humor que, basándose en todo aquello que les brinda el público, ya sean las propias historias de sus vidas, estilos musicales, situaciones o personajes, nos regalan un espectáculo brillante, magnífico y desternillante. 

Corta el cable rojo. Foto: Mikel Masa

Tan importante es cómo empieza una representación teatral, así como su final, pero si su empiece, incluso antes de que los propios artistas pisen el escenario, está cargado de buen humor, risas y cachondeo, gracias al encargado de proyecciones Lorenzo Ruiz, la cosa promete. Si durante, no sólo el elenco es inmejorable, si no que todo está acompañado de unos fabulosos acordes al piano de manos de Angie Lofer, el asunto sigue mejorando. Y si se cierra el show con un espectáculo musical de lo más divertido, y el público no puede desdibujar su sonrisa mientras abandona la sala… Entendemos por fin la razón del éxito incomparable.

Lo mejor de todo es que, si le coges el gusanillo a esto del humor y de hacer reír sobre el escenario y no sólo en eventos familiares, cenas de navidad, ahora que se acercan, o con los amigos, no sólo puedes pasarte cuantas veces quieras por el teatro para ver a estas maravillas, sino que puedes apuntarte a su escuela y desarrollar tu talento como artista, cómico o humorista. Y hablando de navidades, hemos visto su número de funciones en estas fechas de celebración… y si no vais es porque no queréis… ¡Porque mira que trabajan estos muchachos! 

Dejaros caer por el Pequeño Teatro Gran Vía, como consejo personal… ¡os deja buen sabor de boca para el resto del día!


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