El secreto

Que todos guardamos secretos es un hecho, ya sea por el motivo que sea, pero siempre hay algún pequeño rincón de nosotros que esconder al mundo. A veces no supone ninguna amenaza para nadie que ese secreto no sea revelado, el problema reside en la envergadura del mismo… Si la cosa se complica y encima incumbe a terceros… puede traer consecuencias muy desastrosas… ¡O no! Esto es lo que sucede con los protagonistas de la obra de teatro que os explico a continuación.

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Hace unos días, acudimos con gran ilusión, dada su maravillosa crítica y los buenos comentarios que habíamos leído, a ver El Secreto, un espectáculo desternillante y de lo más disparatado en pleno centro de Madrid. Narra la alocada historia de Sara y Sebastián, un matrimonio con una jubilación anticipada, de lo más jóvenes que, pese a sus encontronazos maritales por su intenso carácter, disfrutan de su tiempo libre y de su familia. Sin penurias económicas, con un piso bastante lujoso, Sebastián paladea su nuevo cargo de presidente de la comunidad de vecinos con el que se entretiene y Sara, a contraposición, lo sufre. Este peculiar matrimonio está interpretado por Carlos Chamarro, a quién se le nota toda una vida actoral sobre el escenario, con gran saber estar, brillante y con una magnífica puesta en escena; y por Susana Hernáiz, divertidísima, soberbia y maravillosa sobre el escenario al igual que Chamarro. Pues bien, ambos tienen un hijo, Lucas, casado con Mónica y padres de un bebé que, de vez en cuando, se queda con los abuelos. En este caso, la ocasión se repite. La joven pareja acude a casa de los adoraos abuelos, para que cuiden del pequeño unos días, los cuales parece que van a pasar juntos en un idílico viaje en Capri, pero no era tan bonito como se pintaba ni oro todo lo que relucía. Tras una acalorada discusión, se marchan dejando un ambiente enrarecido en la casa… ¡Y al niño! Sara tiene una opinión, Sebastián otra… El caso es que, manteniendo una intensa conversación acerca de la situación de Lucas y Mónica, y decantándose cada uno con una posición a apoya y una opinión contraria a la del otro, se pronuncia una frase que nunca debió más que pensarse… Jamás tuvo que ser dicha en voz alta, porque hay cosas que es mejor no saber… ¿O sí? La crisis de Lucas, a quien da vida un muy acertado y fabuloso Jorge Pobes, y de Mónica, llevada a escena por Ángela Peirat con gran naturalidad y saber hacer, desembocará en la posible crisis del matrimonio que tan tranquilo vivía tras esa pronta jubilación.

Risas, ajetreo y enredos son los que recoge el Teatro Fígaro de Madrid en esta divertida comedia que sacará los secretos más ocultos de toda una vida a relucir. Sólo en cartel hasta el 15 de enero, recomendable 100% para pasar una tarde inolvidable.


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