El brillo, la danza, el maquillaje, plumas o lentejuelas son algunos de los elementos más destacado de toda drag que se precie. Pero empecemos por el principio. ¿Qué es una Drag Queen? Me atrevo a pensar que no hay nadie que desconozca el término, pero… ¿Significa eso que saben en esencia qué es? Describe a una persona que se caracteriza y actúa como un personaje de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se inspira de las nociones tradicionales de la identidad y los roles de género, llevando al extremo la feminidad y cualquiera de sus matices. Por supuesto, no confundir con la transexualidad ni con alguien transgénero. Las Drag Queen muestran un show de entretenimiento, una expresión artística, una manera de libertad escénica, que puede no tener ninguna relación con la identidad de género de quien actúa. A día de hoy, es un montaje de lo más apreciado y solicitado por el público, pero con anterioridad, eran muchos los artistas que, colmados de maestría, debían enfrentarse a disputas o incluso rechazo por llevar a cabo su desmedido talento.
Los tacones de Papá aterrizan en Madrid para pisar muy fuerte y hacer muchísimo ruido. Un espectáculo hilarante, divertido y con un núcleo que emociones capaces de remover el alma de cada uno de los espectadores. Una historia tan disparatada como posible que cambiará a los protagonistas para el resto de sus vidas.
La Castro ha muerto… Bueno, ha decidido acabar con su vida. Una drag con un duro pasado al que ha decidido poner solución, pese a lo drástico de sus formas. Tenía una hija que le fue arrebatada a los cinco años, tras el fallecimiento de la madre en el parto y ésta se crio en la educación más estricta, cristiana, apostólica y romana. ¿Cómo acercarse a ella? En la sombra y desde el anonimato. ¿Cómo contarle a ella eso que le llena tanto y que le da sentido a su vida? ¿Lo aceptaría? La joven, interpretada por la divertidísima y fabulosa Pepa Rus, tendrá que descubrir toda la verdad mediante unas cartas que La Castro dejó a su partida. Una llamada y allí estaba ella, con su padre de cuerpo presente y las dos mejores amigas del difunto: Elisa Matilla da vida a la más loca de las dos, dejando buena cuenta de su dominio escénico y de su resolución; en contraposición, Eva Diago envuelve los oídos de los asistentes con su prodigiosa voz, regalándonos al otro personaje, la amiga más cuerda que adereza la situación con un toque de sentido común. Tres actrices que llenan las tablas de principio a fin.
Toda gran historia debe ser contada por unos narradores a la altura. La intervención apoteósica de dos grandes como Alberto Zimmer, como Pupi Poisson, y Julio Bellido pone la guinda a un pastel que recomiendo encarecidamente comer. La esencia más romántica viene de la mano del actor Fran del Pino, eclipsando a la protagonista con sus encantos y sus virtudes interpretativas desmedidas.
Talento y más talento rodea un montaje que no únicamente triunfa con su elenco, ya que añade el desarrollo musical por parte de David Ordinas, cuenta con el trabajo de Miguel de Miguel como gerente y de la actriz Eva Rodríguez como cover. Pero este barco no habría llegado a buen puerto de no ser por la estupenda labor de los directores del mismo: Juan Luís Iborra y, el capitán del navío, el ocurrente y chispeante José Warletta.
El Teatro Lara nos deleita con un estupendo plan teatral para todos los miércoles, a las diez y media de la noche, hasta mediado de junio. Y si te parece que queda mucho por delante… ¿Sabes lo rápido que pasa el tiempo? ¡No dejes para otro miércoles lo que puedas disfrutar éste!
Callao