First Date, el musical

First Date, el musical

Las primeras citas… Ese momento de emoción, intriga y nervios a flor de piel que nos embriaga cuando llega. Si, en concreto, hablamos de una cita a ciegas, la expectación aumenta exponencialmente. ¿Cómo será? ¿De qué hablaremos? ¿Le gustaré? ¿Me gustará? Tantas y tantas incógnitas por resolver, infinidad de dudas que nos asaltan y, aun así, seguimos acudiendo a este tipo de encuentros que nos disparan la adrenalina, esperando que el desenlace nos lleve a uno de los flechazos de amor de Cupido. ¡Cómo en las películas de comedia romántica!

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Foto: Mikel MASA

Qué bonito, ¿no? Y qué poco objetivo. En realidad, la ecuación cuenta con una ingente cantidad de variables que reman en nuestra contra para que la historia no llegue a buen puerto. Pero… ¡Seguimos apuntándonos a esos disparatados planes! Algo así les ocurre a los protagonistas del espectáculo que hoy os comento.

First Date, el musical es un show divertido, fresco, actual y ameno que encandila a los asistentes. Él es Aaron, interpretado brillantemente por el actor José Miralles, un chico con buena posición laboral y económica, de impecable presencia y aparentemente el típico niño de papá, como se suele decir. Ella es Casey, a quien da vida la actriz Teresa Ferrer, aunque nosotros tuvimos el placer de deleitarnos con el trabajo espléndido de Carla Postigo como protagonista. La chica es una rebelde enamorada de los chicos malos y de las situaciones complejas.

Foto: Mikel MASA

Todo apuntaba al desastre absoluto en ese encontronazo. Claro que las cosas se vuelven más sencillas si contamos con un inmejorable maestro de ceremonias: Juan Carlos Martín, fantástico en su labor,encarna al tierno camarero, preocupado por su clientela y su bienestar y, creedme si os digo, que no dejará que la situación tome un mal camino. Aclaro también que, este último, es el director de este montaje que te atrapa desde el primer acorde, haciéndote vibrar, sintiendo la complicidad con los personajes y contemplando el asombroso ritmo de trabajo y talento que conforma toda la compañía. Eso sí, respaldado por el conocimiento y desarrollo de Begoña Álvarez.

Foto: Mikel MASA

No podemos olvidar que, en una cita, prácticamente todos hemos gozado de esa persona comodín que nos libere y rescate en momentos de apuros, ya sea con una llamada de emergencia o, únicamente, apareciendo por nuestra línea de pensamientos y así aconsejarnos lo más idóneo a decir o hacer. Y eso es lo que hacen otros tres intérpretes que, pese a ser secundarios, son capaces de devorar la escena con sus intervenciones y su delicioso saber hacer en las tablas. Ellos son: Mikel Hennet, fantástico dando vida a ese amigo, entre otros, que nunca te falla y te hace no arruinarlo todo de forma estrepitosa; Borja Herrarte, divertidísimo e hilarante confidente de la protagonista que permanece ansioso a la llamada de ayuda, cual comodín del público, como si de un concurso se tratase y como uno de sus papeles principales; y, por último y a destacar, la gran Olga Domenech asombrosa en cualquiera de los registros, ya sea como madre, expareja, hermana…

Foto: Mikel MASA

Un show con diseño de iluminación muy llamativo y bello que favorece las dotes interpretativas de la compañía, tanto para lucirse cuando han de hacerlo, como para esconderse en pleno escenario y poder cambiar el registro de una forma invisible y perfecta ante los ojos del público. Apenas unos complementos y los personajes que veíamos hace un instante, desaparecen para dejar paso a otros igual de interesantes. Y si a todo esto le incrementamos el valor que posee el desarrollo musical de los miembros de la banda, como son Pablo Navarro, Paco Bastante y Ángel Reyero, el éxito está servido.

Foto: Mikel MASA

Noventa minutos muy golosos a paladear en el Gran Teatro Caixabank Príncipe Pío de Madrid y gozar de su moderno diseño arquitectónico. Siempre y cuando no te toquen dos personas irrespetuosas detrás que carecen de sentido alguno del ridículo y que pasan los minutos molestando, hablando alto en mitad de la representación, grabando con el móvil y haciendo fotos con flash. Por favor: respetemos el trabajo complejo que desempeñan los profesionales mientras el público disfrutamos. El teatro es algo efímero., Arte retenida sólo en nuestras memorias. Es un instante, es un momento, es el ahora. Es talento, esfuerzo y dedicación. Por favor, repito y reitero: respetemos a la compañía, por su propio bien y por el de los demás asistentes.

Un musical que parecía un éxito y se ha convertido en realidad.


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