Ir a un teatro con la expectativa de ver algo que nunca se ha mostrado ante el público, es muy ambicioso e incluso se puede pensar que algo irreal. Tantísima es la oferta artística actual en Madrid que sería impensable imaginar que vamos a deleitarnos con un show que jamás ha sido creado, que degustaremos un plato no ha sido probado… Y, sin embargo… ¡Así es! Con una larga y exitosa trayectoria, el humorista y actor del que vengo a hablaros ha vuelto a lograrlo: ha conseguido romper todos los esquemas, innovar y vender todas y cada una de las localidades para sus funciones.
Berto Romero lo ha vuelto a hacer. Localidades agotadas para absolutamente todas sus actuaciones plagadas de risas y aplausos ininterrumpidos. Si hay algo que el mundo necesita en estos tiempos inciertos, y cualquiera de los pasados o futuros, es el humor. El artista, tras una larga y laureada carrera, continúa con su trayectoria acumulando carcajadas incontables a la par que sonoros éxitos.
Con el show Lo nunca visto, Berto logró, desde el mismo momento en que pisó el escenario por primera vez, revolucionar a toda la audiencia que anhelaba su aparición estelar. Con su estilo inconfundible y su aguda observación de la vida cotidiana, el cómico nos trasladó a un viaje hilarante que no solo entretenía, sino que también invitaba a la reflexión.
El espectáculo comenzó con una energía contagiosa. Romero, con su carisma natural y su habilidad para conectar con el público, estableció un ambiente de expectación y magia con un desternillante final. Su presencia escénica es magnética; cada gesto, cada mirada y cada pausa están cuidadosamente orquestados para maximizar el impacto cómico. Desde los primeros minutos, queda claro que estamos ante un maestro del humor, sea en el ámbito del stand up o los monólogos; en televisión o incluso como actor.
Lo Nunca Visto se caracteriza por su ingenio y originalidad. Muchos son los sucesos ocurridos durante el evento que nos dieron mucho que pensar: acerca de la actitud de alguno de los asistentes, sobre ciertos comportamientos o incumplimiento de las normas básicas establecidas para degustar un espectáculo… Aunque tengo que decir que me pilló completamente por sorpresa. No esperaba un final tan perfectamente cerrado, tan coherente, tan bien atado y, por supuesto, tan ingeniosamente divertido.
Uno de los puntos más destacados del monólogo fue como Berto utiliza su propia vida como telón de fondo para sus historias. Nos compartió momentos íntimos y vulnerables, creando así una conexión genuina con el público, provocando risas y carcajadas sin medida. No revelaré nada acerca de esas historias personales porque sinceramente creo que han de escucharse en riguroso directo para que embrujen y embriaguen como lo hacen.
El Gran Teatro Caixabank Príncipe Pío alberga este triunfo teatral de estructura impecable y resultados inmejorables. Lamentablemente este 27 de octubre se estableció el final de la temporada pero, por suerte para todos nosotros, volveremos a tener al artista en la capital para junio del próximo año.
¡No dejes para otro momento las entradas que puedes comprar ya antes de que te las quiten para junio! ¡Hazme caso!