Flores. Pedro Almodóvar y Jorge Galindo

Todo el mundo conoce (o cree conocer) a Pedro Almodóvar. Sus películas han marcado varias generaciones desde los tiempos de La Movida madrileña y muestran una evolución y transformación dignas de estudio. Sin embargo, no todo el mundo sabe que Almodóvar cultiva otras disciplinas, entre ellas la fotografía. Hace tres años que Almodóvar realiza y expone fotografías de bodegones con elementos sencillos como jarrones y flores.

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Tal vez no sea tan conocido por el gran público el nombre de Jorge Galindo, a pesar de ser ampliamente reconocido en el mundo de la pintura por su obra que arrancó en los años ochenta. Galindo es un pintor que durante más de treinta años ha sido capaz no solo de mantener su propio relato sin guion sino de enriquecerlo constantemente con el objetivo de generar obras puras, que pudieran ser ser contempladas libres de una lectura única.

Yo empecé a pintar sin tener estudio, lo hacía directamente en Madrid por la calle, el tamaño que pintaba entonces era formato “valla publicitaria”, también me gustaba el tamaño de las pantallas de los cines porque me interesaba ver en una pintura una sucesión de acontecimientos pictóricos en movimiento y en tecnicolor, como en el cine, además las pantallas de los cines siempre me llevan al formato “heroico” del Action Painting, Pollock y compañía.

Jorge Galindo.

Puede que el pintor no sea tan mediático como el director, evidentemente, pero cualquier seguidor de Almodóvar ha visto forzosamente su obra, pues el cinesta es coleccionista de obras de Galindo y algunas de ellas han aparecido en películas del mismo como La piel que habito.

De hecho, el detonante de todo esto es el dibujo del niño sobre un papel de una bolsa de yeso en la película Dolor y Gloria. Seguro que lo recuerdas, pero también, casi seguro, no sabías que ese dibujo era obra de Jorge Galindo y que tampoco era la primera obra de Galindo que veías en una película de Almodóvar.

Fotograma de la película Dolor y Gloria.

Si recuerdas bien ese dibujo, tan importante en la trama de la película, justo al lado del niño hay unas macetas con flores. Y es precisamente una pequeña maceta con un geranio junto al niño lo que dio arranque a esta aventura que culmina (al menos por el momento) dos años después con esta exposición.

Al realizar ese dibujo, Galindo se entretuvo haciendo variantes más libres, solo por pura diversión, en las que las flores eran más abstractas y más grandes. Cuando Almodóvar vio esas versiones, coincidiendo con que acababa de presentar sus nuevas fotografías de bodegones recientemente en la Galería Malborough, surgió la idea de ampliar las fotos del cineasta en tamaño y escala sobre lienzo para a continuación pintar ambos sobre ellas una serie de cuadros de flores.

En todo momento Jorge me dio la pauta y yo me dejé arrastrar. Cada trazo te sugiere cómo seguir. A veces se establecía un diálogo entre Jorge y yo, o dos monólogos simultáneos, cada uno en una punta del cuadro. Por el método totalmente espontáneo con que hemos pintado se diría que el resultado sería una obra narrativa, producto de un diálogo continuado, pero no es así. Cada obra es una explosión, como si la materia pictórica nos explotara en las manos como fuegos artificiales que se derraman sobre el lienzo.

Pedro Almodóvar.

En esta colaboración con Jorge Galindo los dos se enfrentan de manera conjunta a esas imágenes que él ha ido creando en los últimos tiempos, ampliándolas para intervenirlas de forma intuitiva con pintura que han aplicado directamente con las manos y el cuerpo, trabajando de manera muy orgánica con ellas directamente en el suelo. Sobre la gama cromática empleada, Almodóvar es el primer sorprendido de su propia selección: «He descubierto con sorpresa que hay colores que me han arrebatado en la pintura que no suelo utilizar en cine: el blanco principalmente». El rojo sin embargo, y pese a tratarse de uno de los colores más presentes en sus películas, no forma aquí parte de su paleta.

Flores es una exposición digna de visitar, donde se fusiona el trabajo de dos creadores excepcionales cada uno en su área, en la que podremos ver cerca de cincuenta obras de las cuales la mitad son inéditas.

Uno no es pintor ni el otro es cineasta; sin embargo, ambos mantienen una fijación por el mundo del otro y se nutren de ellos constantemente y sin complejos.

Rafael Doctor, comisario de la exposición.

Puedes ver Flores hasta el 26 de enero de 2020 en Tabacalera (c/ Embajadores, 51 — Madrid), de todos los días excepto los lunes de 12:00h. a 20:00h. (apertura una hora antes los sábados, domingos y festivos). La entrada es gratuita.

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