La exposición Artificios teatrales en el Museo ABC nos sumerge en un fascinante viaje al pasado, una época en la que el teatro musical español vivió uno de sus momentos más brillantes. Entre el 16 de octubre de 2024 y el 8 de marzo de 2025, los visitantes podrán descubrir los recursos visuales y escénicos que revolucionaron los escenarios en los años veinte, con la entrada libre para todo aquel que quiera disfrutar de este increíble legado. Pero más allá de los documentos históricos, Artificios teatrales es un homenaje a la imaginación y la capacidad de los creadores para transformar la realidad a través del arte.
El esplendor de la escena musical en los años veinte
La exposición se centra en un momento clave de la historia del teatro musical español: finales de los años veinte. Durante esa época, la escena teatral alcanzó un nuevo nivel de creatividad y experimentación técnica, influenciada por las vanguardias artísticas del momento. La utilización de ingeniosos artificios escénicos permitió a las obras adquirir una dimensión visual nunca antes vista, superando la mera representación textual.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta explosión artística es El sobre verde (1927), una obra que combinaba el sainete popular con efectos teatrales sorprendentes, como una espectacular apoteosis final con elementos circenses. Este tipo de recursos visuales añadían un dinamismo y una grandiosidad inéditos en el teatro español de la época, generando un impacto inmediato en el público.
Otra obra clave que se expone es La orgía dorada (1928), que con su veintena de cuadros llenos de colores vibrantes e innovadores juegos de luces, rompió esquemas en su momento. Comparada con las grandes producciones de París, esta obra representa uno de los hitos del teatro musical moderno en España, destacando tanto por su audacia escénica como por la sofisticación de su montaje.
Estas producciones no solo destacaron por su contenido, sino también por el uso vanguardista de la iluminación, los decorados y el colorido, elementos que transformaron el teatro en un auténtico espectáculo visual. La exposición permite recuperar la esencia de esos montajes a través de bocetos, fotos y recuerdos que reflejan cómo la escena española fue capaz de competir con los grandes espectáculos europeos.
La zarzuela y el realismo: un contraste con lo espectacular
En contraste con las obras más espectaculares, Artificios teatrales también muestra la otra cara del teatro musical de la época: las zarzuelas de corte más realista y narrativo. Obras como El huésped del Sevillano (1926) y La rosa del azafrán (1930) destacan por su fidelidad al contexto histórico y social en el que se desarrollaban. Lejos del esplendor visual de otras producciones, estas zarzuelas recreaban con precisión el costumbrismo español y la vida rural, apoyándose en narrativas que entroncaban con la tradición literaria de autores como Cervantes y Lope de Vega.
El huésped del Sevillano, basada en la novela La ilustre fregona de Cervantes, traslada al espectador al Toledo del Siglo de Oro, capturando la esencia de esa época con una detallada escenografía histórica. Por su parte, La rosa del azafrán se ambienta en la Mancha rural, evocando el imaginario popular de las comarcas castellanas y utilizando como referencia la obra de Lope de Vega El perro del hortelano. Estas zarzuelas, aunque más discretas en cuanto a artificios escénicos, lograron conmover al público por su cercanía y autenticidad, mostrando que el teatro también podía ser una ventana a la realidad cotidiana.
Jacinto Guerrero: el genio tras el telón
El nombre de Jacinto Guerrero está presente en todas las obras que protagonizan esta exposición. Compositor fundamental del teatro musical español, Guerrero no solo contribuyó a la creación de las bandas sonoras de estas obras, sino que su innovadora visión artística fue clave para el desarrollo de este género en la primera mitad del siglo XX.
A lo largo de la exposición, se puede observar cómo Guerrero influyó decisivamente en la escena teatral, tanto en las grandes producciones espectaculares como en las zarzuelas más intimistas. Su música supo capturar a la perfección el espíritu de la época, contribuyendo a que las escenificaciones alcanzaran nuevas cotas de expresividad y emoción. Para entender mejor su impacto, Artificios teatrales ofrece una pequeña galería de retratos y caricaturas del compositor, mostrando cómo su figura fue también objeto de culto entre los artistas gráficos de su tiempo.
Una reconstrucción de un pasado casi perdido
Uno de los aspectos más interesantes de la exposición es la idea de recreación idealizada de una época que, en muchos sentidos, ha quedado relegada al olvido. Las escenografías, decorados y efectos teatrales que maravillaron al público de los años veinte se han perdido en gran medida, quedando solo bocetos y fotografías como testigos de aquellos momentos únicos.
Muchos de los documentos expuestos proceden del Archivo Guerrero y de la Colección ABC, que han permitido revivir esas obras para que el público actual pueda redescubrir la riqueza visual de una etapa clave del teatro musical en España. El valor de esta exposición no radica únicamente en la presentación de estos documentos, sino en cómo consigue devolvernos una época en la que el teatro era más que una simple representación: era un portal hacia mundos oníricos y fantasiosos, donde la realidad se transformaba ante los ojos de los espectadores.
Artificios teatrales es una ventana abierta a un tiempo en el que el teatro era una experiencia total, una combinación de arte visual, narrativo y musical que lograba cautivar a las masas. La exposición no solo rescata los recuerdos de esa época, sino que los presenta de una manera que permite imaginar cómo debieron ser aquellos espectáculos, llenos de color, vida y fantasía.