Por Eylo Jiménez. Relato enviado por su madre María del Pilar (Eylo tiene 10 años) y seleccionado para el martes, 21 de abril de 2020, en el I Concurso de Microrrelatos «Hoy Madrid». Foto de Ross Parmly en Unsplash.

La pequeña Elisabeth vivía en París. Con tan solo ocho años conocía cada rincón de la ciudad.  Sus padres trabajaban en el Louvre e iban a todos los sitios andando. Su mejor amigo, Sebastián, decía que Elisabeth era muy rara, pero que por eso la quería. Eran uña y carne.

A los dieciocho años Elisabeth recibió la peor de las noticias: ¡Sebastián se tenía que ir a España! Ella, en vez de venirse abajo, recordó que siempre había soñado con ir a Madrid. Quería ir a Sol, pasear por la Gran Vía, visitar el Retiro, montarse en cercanías y viajar hasta Aranjuez.

Alocada, como siempre, ya sabía qué iba a hacer. En París no tenía amigos, estudiaba desde casa con su iPad y sus padres le animaban a vivir su vida. Así que agarró sus cosas, las metió en una mochila y cogió el primer avión rumbo a Madrid. Cuando aterrizó en Barajas-Adolfo Suárez respiró ese aire tan especial que cuando lo inhalas sabes que tus sueños se están haciendo realidad.  

Y no, no se casó con Sebastián: son amigos de verdad. Esto nos enseña que nada es imposible: ¡si luchamos lo logramos!