Que el matrimonio es duro, creo que sin casarse, es algo que todo el mundo sabe. La convivencia, las desavenencias maritales, el desgaste diario… sumado a la rutina y a la pérdida de la magia hacen de esa relación un fracaso.
Pues bien, tras 5 temporadas en cartel, de esto nos habla Ponte en mi lugar. Una comedia desternillante, de Guilhem Connac, Pierre Du Tremblay y Benoît Labannierre, en la que las carcajadas serán un no parar. Esta historia narra la “feliz vida de pareja” de Silvia y Alberto, un matrimonio de lo más común con innumerables problemas en el hogar: que si Alberto no ayuda a recoger, que si lo deja todo tirado, que Silvia no para de trabajar en el hospital y no está en casa, que llega y tiene que hacerlo todo ella… una extensa lista de lo que parecen clichés, pero que por desgracia son realidades. Un día ya no pueden más y, tras una acalorada discusión, sólo piden: ¡Ojalá te pusieras un solo día en mi lugar! ¡Deseo concedido! Alberto y Silvia se levantarán al día siguiente un pelín cambiados… más bien cambiados del todo, pero de cuerpo: él está en el cuerpo de ella y ella en el de él… ¡Un locura con la que no puedes parar de reír! Un muy acertado y divertido Marcelo Casas encarna el papel de Alberto, mientras que Silvia, es interpretado por Ana del Arco, sublime y espectacular. Pero… ¿es que la cosa puede liarse más? ¡Sí! ¿Qué pasaría si ese día, que no están para muchas visitas, tuvieran una cita con un amigo y su nueva novia? ¿Y si encima esa novia fuese alguien importante para sus vidas? ¡El caos está servido! José Carrillo da vida a ese mujeriego amigo, con gran profesionalidad y mucho, muchísimo humor, pese a los golpes… Ya lo entenderéis cuando la veáis. Por otra parte, Zaloa Zamarreño será esa amiga, esa nueva conquista tan importante para los protagonistas, con un fabulo trabajo sobre el escenario y un cambio de registro de lo más interesante.
El Teatro Muñóz Seca, nos regala esta adaptación del texto originar, de manos de Laura Olivé, y con la dirección a cargo de Jorge Muñoz. Como ya comentaba… 5 temporadas avalan este éxito. Tres años en París y por fin pudimos degustarlo en Madrid, en pleno corazón de la ciudad, en este maravilloso teatro. 80 minutos que, puedo asegurar, se harán de lo más escasos. Risas, risas y más risas, que creímos adivinar hasta en los propios intérpretes de la comedia. Rápida, con ritmo, fresca y muy dinámica, un texto estupendo con unos actores de lo más acertados para darle vida a esos personajes, a ese matrimonio que podría ser cualquiera de cualquier hogar del mundo… Aunque esperamos que en todos esos casos las parejas no cambien de cuerpo… Por lo que hemos visto, ¡da un pelín de problemas!
Nosotros salimos de allí mejor que de una sesión de risoterapia… Ha sido la primera vez que la hemos visto, pero aseguramos que amenazamos con volver… ¡Eso seguro! Aunque por si acaso… mejor no iremos en pareja.