«En ocasiones veo muertos…» ¿Quién no recuerda esta mítica frase de El Sexto Sentido? En ocasiones veían muertos… El problema es que no sea un muerto cualquiera, ¡si no Umberto! De eso trata la divertidísima comedia del Teatro Muñoz Seca.
Umberto, al que da vida Marcelo Casas, era un hombre normal, felizmente casado, con sus gustos y aficiones, como cualquier otra persona. Concretamente le gustaba el fútbol y, sobre todo, echar la quiniela… ¡Por lo que pudiera pasar! Lo que no se imaginaba que lo que le pasaría sería que moriría. Su viuda, Amparo, encarnada por Ana del Arco, afronta la triste situación como puede, hasta que una desbaratada amiga suya pondrá patas arriba su vida y su casa. Pili, que es como se llama dicha amiga, e interpretada por Cristina Acosta, no para de darle vueltas al hecho de cómo murió Umberto. Un gol fue el detonante de la situación, un maravilloso gol que le dio al protagonista nada menos que el premio de la quiniela, el pleno al 15 y una cantidad desproporcionada de dinero. Ahora el problema es encontrar el boleto para que alguien pueda cobrar esa suma. Pero… ¿Dónde lo dejaría Umberto? Entre llantos de la viuda y la búsqueda desenfrenada de Pili, aparece en escena un tercero en discordia: Mateo, de manos del gran Manu Badenes. Mathew… o más bien Mateo prometía en su engañosa publicidad ser Medium y establecer conexión con seres del más allá, ya fuera para saber de ellos, despedirse… o saber dónde pudieron dejar algo. Tras tomar la surrealista decisión de llamarle, ambas con sus propios motivos, Amparo deseosa de poder despedir a su difunto marido y Pili como loca por saber dónde está la dichosa quiniela, se ponen en contacto con el peculiar vidente, que de espiritista solo tenía la palabrería. Una desternillante escena dejará paso a la más imposible de las opciones… ¿Y si Umberto hubiese podido acudir a la llamada? ¿Y si es sólo Mateo el que puede verle? ¿Y si no se lo cree ni el propio Mateo?
Risas, risas y más risas dejan paso a una comedia llena de enredos y divertidos encuentros que harán una delicia de cualquier espectador. Álvaro Carreño regala al público del Teatro Muñoz Seca este montaje con el que la dosis de humor está más que servido. Y no lo decimos sólo nosotros… En ocasiones veo a Umberto lleva en cartelera la friolera de nada menos que 6 temporadas, y la cosa no tiene pinta de quedarse aquí: un teatro completamente entregado y a rebosar de asistentes confirman nuestra teoría.
Un texto ingenioso, unos actores entregados y muy divertidos, una agilidad y ritmo en escena que hacen que los 90 minutos de espectáculo se hagan de lo más escasos… son motivos más que suficientes para confirmar que Umberto es un muerto entretenidísimo. Quizá con esto de Halloween está todo el mundo esperando ver justamente eso: muertos, sustos, fantasmas… aunque si el muerto al que quieren visitar es a este, mejor que lleven Kleenex para secarse las lágrimas… ¡pero de la risa!
Tarde fabulosa… Dos veces y con diferente elenco hemos podido disfrutar de esta comedia… ¡y amenazamos con volver! ¡Merece la pena!
Sol