Gran Circo Acrobático de China

Gran Circo Acrobático de China

El circo, ese espectáculo artístico y familiar que recorre ciudades asombrando a sus visitantes en busca de aplausos, dejando su huella allá por donde pasa, con números de acrobacia, contorsionismo, con fuego, equilibrismo, con zancos, payasos, saltos vertiginosos y mucho más. Su historia se remonta tiempo atrás, desde el lejano oriente, recorriendo China o la India, hasta occidente, pasando por Roma, Grecia o Egipto, entre otros. Se sabe, que algunos de los espectáculos realizados en los circos, eran entrenamientos reales para los guerreros de la época. La acrobacia, en concreto, suponía una forma de competir con uno mismo y aunarse entre compañeros o tribus y, en lugares como China, el arte acrobático tiene una historia milenaria.

Foto: Mikel MASA

El Gran Circo Acrobático de China es un espectáculo para todo tipo de público, cargado de sentimientos, sensaciones, música y danza. Narra la historia de un joven capaz de adentrarse en mundos mágicos e imaginarios donde vivirá incontables aventuras e incluso, caerá en los brazos de amor más bello, quedándose prendado de la hermosa hada Fénix. A través del arte y el circo, todos los que se sumen a esta aventura vivirán una preciosa experiencia mágica de primera mano.

Más de 30 artistas colman de talento las tablas del Teatro EDP Gran Vía. Llegados del propio Cirque du Soleil o contando con medallistas olímpicos, todos los integrantes de esta brillante compañía harán contener la respiración de los asistentes con los impresionantes números circenses con los que deleitarse. Danzas con coreografías medidas al milímetro y con una coordinación abrumadora; elementos tales como pelotas, cuerdas, tambores o trampolines formando parte de las acrobacias perfectamente ejecutadas; saltos de infarto; zancos caminando con una facilidad desmedida; aros que sirven de columpios; cintas con las que volar por las alturas del escenario llenando el teatro como si de un cuento de hadas se tratase; malabarismos sorprendentes y divertidos; comicidad en estado puro y universal, apta para todos idiomas y edades… Tanto y tanto condensado tan solo en unos escasos minutos para el talento allí albergado.

Foto: Mikel MASA

Dos horas con las disfrutar y volver a la niñez, a imaginar que nos situamos en esa carpa fría de circo a la que acudíamos plenos de ilusión y con brillo en los ojos. Un show para retornar, volver a ser niños y soñar. Un montaje que engancha y te arrastra de tal manera que al finalizar te das cuenta que se ha hecho extremadamente corto pese a que el reloj indique justo lo contrario. De lo bueno del circo, lo mejor, evitando composiciones con animales que tan habituales resultaban, por desgracia.

Apenas un par de semanas para degustar un Gran Circo que hace honor completo a su nombre. El 3 de septiembre, esos más de 30 artistas se despedirán de la capital habiendo dejado aquí su sello y su prodigio.  


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