Shakespeare al completo en 97 minutos

William Shakespeare, el Bardo de Avon, ese conocidísimo escritor, poeta y dramaturgo inglés. Autor de tragedias, comedias, obras históricas, fantasías, apócrifas o juicios críticos, entre otros. El hombre que nos dejó obras de arte como lo son Hamlet o la conocida leyenda de amor Romeo y Julieta. Pero también, el mismo que escribió títulos que quizá no salieron como se esperaba o que, por usar una estructura preestablecida para sus creaciones, tenía unas cuantas de lo más parecido. En cualquier caso, es indiscutible negar que su legado seguirá siendo de gran importancia en el mundo literario y teatral.

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Shakespeare en 97 minutos es un montaje desternillante, con una velocidad vertiginosa, que aborda todas y cada una de las obras de William Shakespeare, como su título reza, exactamente en 97 minutos. Un sinfín de carcajadas como banda sonora acompañan a este espectáculo que lleva 9 años consecutivos triunfando en el West End de Londres, cuna de los mejores y más sonoros éxitos. Una obra de Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield que ha sido adaptada, a su versión hispanohablante, con abrumador acierto, por el artista Sebastián Prada, ya que arte en estado puro es justo con lo que nos podemos deleitar al ver Shakespeare en 97 minutos. Un show dirigido por este último con palpable acierto e impecable resultado, puesto que una vez admirado, se puede apreciar el nivel de dificultad que entraña, tanto para su ejecución, como para su montaje.

Tres actores en escena con una compleja misión: interpretar a todos los personajes que Shakespeare plasmó en sus obras al completo: nada fácil. Claro que, si contamos con el saber hacer y el desmedido talento de tres hombres capaces de esta proeza, lo dificultoso aparenta sencillez en sus manos. Diego Molero, Héctor Carballo y Martín Gervasoni brillan con luz propia ante este Shakespeare resumido, ejecutado con asombrosa rapidez, divertidísima interpretación y con gran capacidad y aptitud para ello.

Como añadido personal, indicar que el decorado de mano, dicho de forma coloquial, o atrezzo, en una jerga más del gremio, puede que sea uno de los peores enemigos del intérprete. Pues bien, nos encontramos ante un espectáculo colmado de estos elementos, que para nada parecen entorpecer la labor de los actores, sino aportan y enriquecen a su brillante desempeño. Una puesta en escena compleja, pese a su aparente sencillez, resuelta con perfección y gran talento, a una velocidad atroz que mantiene al espectador atento al detalle más discreto posible.

Foto: Mikel MASA

El Teatro Marquina, junto a Beon Entertainment, nos proporcionan el placer de acudir a este Shakespeare contado en 97 minutos, de momento, hasta finales de enero del año próximo. Nosotros ya lo hemos visto, pero tengo que recomendaros encarecidamente que hagáis lo propio, porque el asunto, lo vale.

Recomendable 100%.


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