La reina de la belleza de Leenane

La reina de la belleza de Leenane

¿Qué es la belleza? Se dice de una persona o cosa notable por su hermosura. Si nos centramos en el concepto llevado a la humanidad, y más específicamente a las mujeres, popularmente se conoce como Miss o Reina de belleza a una señorita que ha ganado un concurso de belleza, ya sea Miss Mundo, Miss Universo o Miss Internacional, nombrando algunos de los más prestigiosos. Claro que, en el caso que hoy nos vuelve a reunir, queridos lectores, no se trata de belleza física a examen como en los nombrados certámenes. Hoy tratamos sobre una obra de teatro del dramaturgo Martin McDonagh, estrenada por primera vez en 1996.

La reina de la belleza de Leenane conforma un desgarrador drama teatral enmarcado en una Irlanda ya pasada, más certeramente en Leenaun, un pequeño pueblo de la costa Oeste en el Condado de Connemara. Allí, en lo alto de una colina, viven dos mujeres únicamente acompañadas por el sonido de la constante lluvia y el ambiente sonoro de la radio. Maureen, una dama que sobrepasa ya la edad de 40 años, pasa su existencia amargada y enfadada, cuidando de su anciana y dolorida madre. La joven, a quien da vida con perfección absoluta y con un abrumador talento la actriz Lucía Quintana, se resquebraja día tras día al ver su vida pasar sin una brizna de felicidad. Su madre, la señora Mag Folan, interpretada soberanamente por la trayectoria actoral inigualable de María Galiana, ya se encarga, con diestros modos, de extinguir cada vestigio de alegría de su hija, poniendo trabas a los escasos logros de la joven.

Foto: Vero Aguilera Ro

Entre ambas, una situación en la que predomina la ira, los reproches, los gritos y los insultos más atroces, llevan a las mujeres a un clímax que carece de forma de retroceso y que, lamentablemente, no conduce a un satisfactorio final. Si a este cóctel feroz le sumamos dos hombres, resolvemos en que aún la madeja se enmaraña mucho más. Demasiado. Pato Dooley, encarnado por un Alberto Fraga incombustible, que riega la escena con ápices de comicidad y frescura ante tanta intensidad, es un joven bueno y servicial, de apenas 20 años, que hace las veces de recadero para su hermano Pato. Este último vuelve para despedirse con una sonora fiesta, a la que ambas damas están invitadas. El hermano mayor de los Dooley, llevado a las tablas por el profesional y elegante Javier Mora, caerá rendido ante los encantos de la que él llama la reina de la belleza de Leenane: la señorita Maureen. Pero todo esto no puede irritar más el ya agriado carácter de la señora Folan. ¿Quién cuida de ella cuando su hija no está? ¿Quién se encargará de los quehaceres? Lo mejor será que intervenga y ponga fin a una historia de amor que, tan sólo, debe vivir en la mente de la muchacha.

Dirigida intachablemente por el aclamado actor, miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España, Juan Echanove, la suma de todos sus elementos, sólo nos encauzan en una dirección: un pleno y apoteósico montaje que se encumbra hacia el éxito con cada función. El Teatro Infanta Isabel abriga a esta reina de la belleza que es, en esencia, arte en estado puro digno de admirar.


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