Siempre se ha dicho que en los hoteles suceden las cosas más alocadas que uno pueda imaginar, que las paredes podrían hablar y que en la parte trasera de los cuadros de las habitaciones podría haber arte de los estilos más variopintos que uno pueda soñar. Pues bien, teniendo este asunto en cuestión claro… ¿Qué ocurriría si a este misterioso cóctel le añadimos a un asesino a sueldo, a un loco enamorado que está a punto de poner fin a su vida y a un botones un tanto incómodo y pesado? ¡Que las carcajadas están aseguradas!
Josema Yuste vuelve a los escenarios con una representación cómica del dramaturgo francés, Francis Veber, autor de la obra “La cena de los idiotas”, que él mismo ha supervisado, versionado y que, por supuesto, protagoniza. El Aguafiestas ha dado el pistoletazo de salida en el Teatro Reina Victoria de Madrid y viene para desencajar mandíbulas a diestro y siniestro. Con la dirección de Marcelo Casas, un genio del humor al que ya hemos visto en acción en más de una ocasión, esta enrevesada historia es la delicia de todos sus asistentes. Al humorista conocido por Martes y Trece, se le une un reparto de escándalo que ya le ha acompañado y arropado en escena en otras ocasiones. Santiago Urrialde, ese loco enamorado, será un desternillante personaje que, como se suele decir, le dará mucha chicha al asunto. La gran complicidad de ambos y saber estar sobre las tablas, fruto de largos años y de experiencia actoral en sus carreras, hacer que degustar a este aguafiestas sea todo un deleite. A éstos les arropan: una Maribel Lara fabulosa, que traerá a los corazones masculinos por el camino de la amargura; un Vicente Renovell brillante y en su máxima comicidad; un Arturo Venegas absolutamente magnífico en su interpretación de ese botones de hotel con mucha facilidad para los momentos inoportunos; y un Kiko Ortega graciosísimo y alocado.
Sin duda, un elenco que paladear con gusto durante los minutos que dura el espectáculo. Y no sólo lo pensamos nosotros, ya que hubo ocasiones que ni siquiera pudimos escuchar ciertos diálogos debido al nivel de carcajadas allí provocadas al público presente, en incontables ocasiones, por los aspavientos ya característicos de Josema Yuste, que son firma de su interpretación e ingrediente clave e indispensable en todo trabajo cómico con el que se encuentre.
Cinco jornadas a la semana para disfrutarla, precios muy asequibles e incluso reducidos según el día de asistencia, horarios en diferentes franjas… ¡Más facilidades imposible! Y la ocasión lo merece. Hasta lo que sabemos, será el día 2 de mayo de este año, cuando este tronchante aguafiestas diga adiós y se despida de las plateas madrileñas… Parece mucho, pero el tiempo pasa volando… Y no lo digo yo sola… Raro será que nosotros no repitamos, pero si vosotros tenéis ocasión de ir, no dejéis pasar el evento, porque no hay un día gris que esta comedia no solucione.