El Teatro Reina Victoria de Madrid, de mano de Pentación Espectáculos, acoge en sus últimos días de representación a Miles Gloriosus, un ególatra y narcisista militar que cree que todas las mujeres sobre la faz de la tierra beben los vientos por él. Una comedia desternillante de casi dos horas y sin descanso, que mantendrá a los espectadores pegados a la butaca, atentos a las andanzas de tan apuesto caballero y sin parar de reír, por supuesto.
Plauto, autor del texto original de Miles Gloriosus, fue un comediógrafo, dramaturgo y escritor de la antigua Roma. Pero tantos años pasados desde su escritura, debían adaptarse. De eso se encargó Antonio Prieto, manteniendo un tono de humor constante y un guión que hará que el tiempo vuele mientras se disfruta del show. Culpable también de ello Pep Antón Gómez, director a la cabeza de esta aventura.
Miles tenía que ser representado con humor, con galantería y mucho gancho, por tanto, no cualquiera podría haber desempeñado ese papel, pero la elección lo pudo estar más acertada: un chispeante Carlos Sobera da vida a este protagonista, haciendo reír sin parar, como no, con sus gestos y expresiones y adentrando al público en el propio show como tan bien sabe hacer, ya que es notoria su destreza con todos y cada uno de sus espectadores. Pero el presentador únicamente, no habría sido capaz de llevar esta comedia al éxito, si no hubiese contado con los experimentados y maravillosos compañeros de reparto de los que dispone: Ángel Pardo interpretando a su leal esclavo Geta, en una actuación brillante, con gran saber estar en el espacio y un peso escénico muy importante y Elena Ballesteros fabulosa en su papel de Cornelia, la gran amada del militar… Bueno a la fuerza, porque no hay que olvidar el pequeñísimo detalle, de que Miles la tiene secuestrada, pero nada, ¡cositas sin importancia! Sin olvidar al resto del elenco, exquisito y delicioso en su hacer: Elisa Matilla, gran lianta en este vodevil, con una interpretación desternillante; Juanjo Cucalón, el pobre vecino de este fanfarrón, muy dicharachero y entregado a la causa, con una puesta en escena impoluta; David Tortosa, el pobre enamorado de Plenilunio, con una caracterización y un personaje de lo más peculiar, encarnado con gran perfección; Antonio Prieto, que da vida muy profesionalmente a un pobre iluso al que todos toman el pelo y una acertadísima Arianna Aragón representando a la bella doncella que hará perder la cordura a nuestro querido protagonista.
Minutos y minutos llenos de humor, comedia, vodevil, enredos y más enredos para un Miles que, obsesionado por las mujeres, el sexo y todo lo que él cree que provoca a las féminas, acabará siendo el centro de todos los engaños.
Si es que al final, y como se suele decir, más vale una vez colorada, que ciento amarilla… ¿será esta vez suficiente para hacer pensar a Miles Gloriosus, el gran militar de Éfeso?
Sevilla