Berlín, esa gran ciudad, la capital de Alemania, centro de desarrollo tecnológico e innovación y gran centro cultural y artístico de primer nivel. Tras la Segunda Guerra Mundial, ésta quedó dividida ya que se situaba la parte Este como la capital de la República Democrática Alemana, mientras que la zona oeste de la ciudad se convirtió en un enclave de la República Federal de Alemania en el interior de la Alemania Oriental. Ambas ubicaciones se encontraban limitadas y separadas por el histórico Muro de Berlín desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989. El Bloque Este especificaba que la construcción había sido levantada para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para impedir la voluntad popular de construir un Estado socialista en la Alemania del Este. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania. Muchísimas fueron las vidas que se perdieron al intentar cruzar esa implacable frontera en busca de la libertad.
Esto que cuento, por supuesto, es mucho más ameno de investigar si quien lo narra es una compañía teatral cómica cargada de talento y profesionalidad. Y de eso vengo a hablaros hoy. Berlín, Berlín es una comedia desternillante capaz de acabar hasta con ese muro si sus integrantes se lo proponen. Una historia de amor, la problemática política de un país, espionaje… Incontables ingredientes de lo más sabrosos para que el resultado final sea un éxito absoluto.
Todo comienza por una enfermera… O por el hijo preocupado por su madre enferma, que es el que la contrata… O por la madre, que, sin enferma, ¡no habría enfermera! Por un asunto u otro, Emma acude a su nuevo puesto de trabajo, para cuidar de la anciana que ya requiere de asistencia sanitaria. Claro que la muchacha quizá tenga otro motivo… Ariana Bruguera interpreta, con soberano acierto, a esta joven que realmente acude a la casa con un por qué escondido. Ella y su novio, a quien da vida un divertidísimo y carismático David Carrillo, tienen un objetivo: encontrar las bodegas secretas que hay en la casa para poder cruzar al Berlín Oeste y ser libres al fin para dar rienda suelta a su amor en París. Pero surgen complicaciones. Para empezar el propio hijo de la señora en cuestión, a quién da vida Juanan Lumbreras con una maravillosa puesta en escena, se enamora de Emma y no le quita la vista ni un segundo. Eso, obviamente, complicará un poco las cosas. Luego está el enfermero, que vive en la casa de al lado y que acude todos los días a la cita con su paciente, llevado a escena por Guillermo Sanjuán con enorme acierto y fuerza desmedida. Si todo esto ya supone un alboroto importante, sumemos a la ecuación que ese hijo adorado que solo quiere cuidar de su pobre madre, trabaja en la Stasi, en el servicio de espionaje; que tiene mujer, encarnada por una brillante y deliciosa Esperanza Elipe; que recibe una inesperada y transcendental visita de un comandante, interpretado por el fabuloso actor Javi Martín que deja constancia de su talento y saber hacer; un compañero algo despistado y peculiar pero muy divertido, llevado a escena por Dani Luque; y un gran dirigente deprimido por una pérdida atronadora que pone el broche de oro a semejante enredo con el trabajo exquisito de Eloy Arenas. ¡Todo un disparate!
Un show dirigido por Gabriel Olivares que no dejará indiferente a nadie con texto de Patrick Haudecoeur y Gérald Sibleyras. Con una escenografía muy cuidada y cargada de elementos, este montaje tan alocado hará reír a todo el que acuda a disfrutarlo al Teatro Alcázar de Madrid tan sólo hasta finales de noviembre.
¿Mi recomendación? ¡No perdérselo!
Sevilla