Hay personas que no saben estarse quietas, que necesitan ir más allá de lo que ya conocen para seguir descubriendo el mundo y también a sí mismas. Marta Larralde es una de esas creadoras. La hemos visto crecer como actriz en el cine (León y Olvido, Mar adentro, El penalti más largo del mundo), en la televisión (Fariña, Seis hermanas, HIT) y también sobre los escenarios. Pero ahora da un salto más: escribe, produce y protagoniza su primer monólogo, Miss Bujía, un proyecto íntimo, potente y profundamente humano, que se estrena en la Sociedad Cervantina de Madrid los días 20, 21 y 22 de junio de 2025.
La obra parte de una premisa tan original como simbólica: una experta en arte barroco quiere liberar a las mujeres atrapadas en los cuadros. Pero bajo esa imagen se esconde una historia que habla de salud mental, de los límites de la cordura, del miedo al vacío, de cómo sostener a quien se desmorona… y también de cómo sostenernos a nosotros mismos. Marta nos invita a ser sus cómplices en esta cruzada poética, valiente y necesaria. Y antes de que suba el telón, nos sentamos a charlar con ella, de tú a tú, sobre este nuevo reto en su trayectoria.
Marta, Miss Bujía es tu primera obra como autora, productora e intérprete. ¿Cómo nació la necesidad de contar esta historia y de hacerlo tú misma en todos esos roles?
Es una historia que arrastro desde hace muchos años. Primero quise hacer un cortometraje, luego una película y despúes nació la idea de convertirlo en monólogo. Cuando empecé a escribir me di cuenta de que también quería interpretarlo. Después de llamar a la puerta de alguna productora sin obtener éxito pensé que sería una excelente forma de invertir mi dinero. Quería hacerlo fuese como fuese.
La protagonista es una experta en arte barroco que busca liberar a las mujeres de los cuadros. ¿Cómo se relaciona esta metáfora con tu propia experiencia como mujer y artista?
Sinceramente te digo que yo siempre me he sentido bastante libre como mujer en todos los aspectos. Siempre he hecho lo que me ha dado la gana, dentro de mis posibilidades obviamente, pero nunca me he sentido reprimida, incapaz o inferior por el hecho de ser mujer. Pero entiendo que no todas hemos vivido las mismas experiencias ni hemos tenido las mismas circunstancias.
Has dicho que Miss Bujía no eres tú, sino la suma de muchas. ¿Qué voces, historias o vivencias se entrelazan en este personaje?
La semilla se planta en el momento que alguien me cuenta que una estudiante de arte se perdió durante tres días en Madrid con un brote psicótico. Entonces empecé a imaginar todo lo que le podía haber sucedido. Despúes le inventé un pasado con cosas que me habían acontecido a mí, a mis amigas y a otras personas de Galicia en los años 90.
La obra aborda el delirio y la salud mental desde una perspectiva muy humana. ¿Qué te impulsó a tratar este tema y cómo ha sido el proceso de investigación y creación?
Es un tema que siempre me ha interesado, hay varias personas muy cercanas a mí que sufren algún tipo de psicopatía, y aun así nunca he sentido que tuviese suficiente información. Durante todo este tiempo visité asociaciones de familias, leí libros y sobre todo hablé mucho con mis amigas, que fueron muy generosas a la hora de abrirme su corazón.
En una sociedad donde hablar de salud mental aún es tabú, ¿qué esperas que el público se lleve tras ver la obra?
Creo que poco a poco está dejando de ser tan tabú, por lo menos yo he notado un cambio importante a la hora de hablar del tema, pero es verdad que todavía hay cierto estigma. Mi objetivo es que las personas comprendan un poco más como se siente alguien que padece algún tipo de enfermedad mental y que sean conscientes de que todos somos enfermos en potencia. También me preocupa saber cúal es nuestro grado de responsabilidad. No pretendo dar respuestas con este monólogo sino plantear más preguntas.
Has trabajado con la directora Norma Martínez en este proyecto. ¿Cómo ha sido esa colaboración y qué ha aportado a la puesta en escena?
Norma, además de directora, es una excelente actriz. Cuando nos conocimos (en un Festival de Teatro de Montevideo) le envié mis primeros borradores y ella mi animó a seguir escribiendo. Me daba claves para continuar. Todo esto vía mail, pues ella es peruana. Cuando me dijo que se venía a Madrid y que quería que intentásemos montar Miss Bujía me hizo muy feliz.
Hemos trabajado muchísimo para darle sentido y continuidad a la acción del texto. Norma es creativa, sensible, divertida y muy inteligente. Sin ella jamás lo hubiese conseguido.
El monólogo transcurre en un museo. ¿Qué papel juega el arte en la narrativa y cómo dialoga con la historia personal de la protagonista?
En el monólogo hablo de siete cuadros de la pintura barroca protagonizados por mujeres que sirven como una especie de mapa vital del personaje. Algunos los puedes encontrar en el Museo del Prado.
Como actriz, has interpretado numerosos personajes. ¿Qué desafíos y libertades has encontrado al crear e interpretar uno propio?
Escribir es de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. Crear historias y personajes es un trabajo que admiro muchísimo y creo que no está lo suficientemente reconocido. Poner sobre el papel algo que tienes en tu cabeza es un gran desafío y no boicotearte continuamente, también. Avanzar cada día, sin juzgar, confiando en la inspiración y en el trabajo. Poder contar lo que a ti te apetece, lo que te conmueve, lo que te importa. Comunicar desde las tripas es muy sanador.

La Sociedad Cervantina de Madrid será el escenario donde verá la luz por primera vez Miss Bujía. ¿Qué te motivó a elegir ese espacio para el estreno y qué atmósfera esperas que se cree allí durante las funciones?
Miss Bujía nace de una residencia en El Nuevo Montacargas. Sin la generosidad de Nieves, Diego y Dani, que me abrieron las puertas de su casa sin conocerme de nada, no hubiese podido llevarlo a cabo. Una vez conseguimos montar la función hicimos cuatro jornadas que llamamos “Working Progress” donde invitamos a todos nuestros amigos y vecinos. Y ahí pudimos comprobar que Miss Bujía merecía la pena. Uno de los días vino un distribuidor y me dijo que él apostaba por la obra y que quería trabajar con nosotras.
Durante este año he estado ocupada trabajando como actriz, haciendo caja, y con el apoyo de la coproductora Sólido Show hemos podido invertir en el espectáculo.
La Sociedad Cervantina se interesó en el proyecto y nos invitó a participar en su Ciclo de Creadores Emerjentes. Tiene un teatro muy bonito, muy íntimo. Me pareció el lugar perfecto para salir de nuestro querido Nuevo Montacargas. Además es un lugar con mucha historia, ¡allí está la imprenta del Quijote! Os invito a todos y todas a que vayáis a conocerla.
En tu carrera has transitado por el cine, la televisión y el teatro. ¿Qué te ofrece el formato del monólogo que no encuentras en otros medios?
A mí me encanta el cine y la tele, me apasiona el set de rodaje y trabajar con el equipo técnico. Pero desde luego el teatro es otra liga. La adrenalina y el riesgo no es comparable. Y más en un montaje como este, donde no hay nada, solo la palabra, la acción y el para qué.
Has mencionado la importancia de la familia como apoyo en momentos difíciles. ¿Cómo ha influido tu entorno personal en la creación de Miss Bujía?
Mi familia y mis amigas y amigos han sido mi sustento. Las innumerables veces que quise tirar la toalla me animaron a continuar. Les iba leyendo algunas partes y siempre me devolvían comentarios positivos. Para un ser tan inseguro como yo, el apoyo de los suyos es fundamental.
También cursé un par de talleres de dramaturgia para avanzar. En uno de ellos, el profesor me animó mucho. En el otro no, jajajaja.
¿Qué aprendizajes personales te ha dejado este proceso creativo y cómo crees que te ha transformado como artista y como persona?
Como artista me llené de valentía. Independientemente del resultado, de tener mucho éxito, de vender todas las entradas todos los días, y patatín patatán, …. yo me quedo con lo importante: haberlo hecho. Y eso tiene mucho mérito. Me siento muy afortunada. Todo este proceso me ha dado coraje y honestidad.
Si pudieras que el público se quedara con una sola idea o emoción después de ver Miss Bujía, ¿cuál sería?
Me gustaría que el público saliera reflexionando sobre lo que está en su mano para mejorar nuestra sociedad. Qué pueden hacer ellos, “pequeños colibrís, en esta frondosa selva”.
¿Tienes planes de llevar Miss Bujía a otros escenarios o de continuar explorando la dramaturgia en futuros proyectos?
¡¡¡Por supuesto!!! Me gustaría recorrerme toda España con una furgoneta Ser una cómica como las de antes. Ojalá Crémilo, el distribuidor, pueda ayudarme a conseguirlo.
Y sí, ya estoy escribiendo mi segundo proyecto. Esta vez es una adaptación, pero ya te contaré…
A pocos días del estreno, ¿cómo te imaginas que será la reacción del público? ¿Hay algo que te haría sentir que el viaje de Miss Bujía ha merecido la pena desde el minuto uno?
Me gustaría que el público se emocionara, se divirtiera y, sobre todo, que reflexionara. No me quiero poner ambiciosa, pero sería maravilloso que pudiesen entender un poco más a todas las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental. Y también que tuvieran en cuenta que nadie se libra, que en cualquier momento les puede pasar a ellos.