Si nos dijeran que un autor ha vendido más de 250 millones de libros, entenderíamos de forma automática que su texto lo vale, que merece la pena y, como poco que es interesante. Por ese motivo empieza la historia de la que hoy vengo a hablaros: la lectura, el afán por saber y por el conocimiento. Una acción quizá tan común como leer no es otra cosa que interpretar o descifrar, a través del lenguaje, esa herramienta tan valiosa que poseemos para contar historias y tan poderosa en manos de los ojos adecuados.
Ese autor del que hablaba en un principio no es otro que Roald Dahl, el creador de Matilda, una novela que pasó de las páginas a la gran pantalla y de ahí a los teatros Londres, Broadway o… Madrid. Que se vendieran tantísimos ejemplares de su obra es una gran proeza pero que el espectáculo musical cuente con más de 100 premios internacionales, incluyendo premios a Mejor Musical, Premios Oliver, Tony Awards o Drama Desk Awards, entre otros, no es algo a pasar por alto.
Tras más de 250.000 espectadores que ya han vibrado con las melodías del gran éxito, el Nuevo teatro Alcalá de Madrid nos brinda de nuevo la oportunidad de sumergirnos en la magia de los libros, llenarnos de sentimientos, de amor y ternura y deleitarnos con el trabajo de una compañía maravillosa que no deja sin palabras, si no que genera los comentarios de asombro de todos los asistentes por las proezas artísticas que sobre el escenario se suceden.
Matilda Wormwood es una niña listísima que, desde bien pequeña, aprende a cuidar de sí misma y a entender que no encaja precisamente en la familia tan extravagante en la que le ha tocado vivir. Interpretada por nada menos que seis jóvenes actrices con un talento desmesurado y una profesionalidad brillante, como son: Julieta Cruz, Daniela Berezo, Laura Centella, Irene Galleo y las hermanas Sofía y Paula Jerez Torregrosa. Sin siquiera acudir al colegio, la joven sabe leer, visita la biblioteca con asiduidad, y allí a la Sra. Phelps, a quien da vida Natalie Pinot, alegrando a todos los asistentes con la ilusión y entusiasmo que desprende su personaje. Matilda tiene unos padres un tanto peculiares… El señor y la señora Wormwood, encarnados apasionadamente por Raúl Jiménez y Mary Capel respectivamente, el día que nosotros visitamos el show. ¿Él? Vendedor de coches robados y trucados y… ¿Ella? Preocupadísima por su imagen a todas horas y sus clases de baile con su apuesto compañero Rodolfo, llevado a escena por un chispeante Sergi Pedrós. Cuando por fin empieza a asistir a la escuela, la niña conoce a su mejor compañía y a la peor. Su profesora, la Señorita Honey, es una bella y dulce maestra que adora a los niños y que desea enseñarles tanto como ella sepa, personaje desarrollado con deleite por Allende Blanco. La otra cara de la monera no la pone otra que la Señorita Trunchbull, la directora de la escuela y peor pesadilla de todos los que allí estudian. Una mujer ruda, sin un ápice de ternura por los pequeños y que fue competidora olímpica de lanzamiento de martillo. ¡Toda una delicia! Mala y cruel, la fatídica directora está interpretada por el actor Daniel Orgaz, absolutamente espectacular en su trabajo actoral. Matilda se rodeará de grandes amigos y descubrirá que su poderoso cerebro no solo sirve para albergar información, sino que le permite mover objetos, romper cosas… Armas maravillosas que explotará para lograr sus fines y por ser feliz de una vez.
Al menos 24 meses de ensayos para un elenco perfecto con una coordinación milimétrica con plagado de deliciosos colores vocales que está formado, en la misma cantidad por adultos que por niños. Sin duda una aventura que tanto los más pequeños como los más grandes de las familias disfrutarán. ¡Arranca la segunda temporada de éxito!
Príncipe de Vergara